Mientras que Gerardo Morales insiste que el programa Jujuy Asiste y Reactiva fue la solución para la crisis económica que atraviesa la provincia y que afecta a los sectores más vulnerables, que día a día se les hace más difícil comer, los números indican que el gobierno destina sólo 6,85 centavos para otorgar un plato de comida a niños y niñas jujeñas.
Estos escasos 6 pesos con 85 centavos fueron otorgados por el Plan de Refuerzo Nutricional que perciben algunos comedores jujeños, y su última actualización fue en enero de 2018, cuando el incremento fue de solamente 95 centavos. Asimismo, se suma que durante los últimos años, desde el gobierno hay retrasos en la entrega de alimentos, que el la actualidad, se redujo de 4 a 2 meses de atraso.
Ante el encarecimiento de los productos alimenticios por la inflación y la devaluación, se profundiza la situación crítica de comedores y merenderos, que ante la falta de respuestas y sin recursos, deben cerrar, o “en el mejor de los casos”, suspenden la entrega de comida por algunos días.
La situación en cada comedor
Isabel Arias del comedor “Visión Nazarena” del barrio Bajo Éxodo Jujeño de Alto Comedero, mencionó, “estamos en una situación muy dura por los atrasos y el monto tan pequeño que nos dan desde Provincia. Antes nos provocaba dificultad y ahora con esta inflación nos pega mucho peor”.
“Nosotros también recibimos un subsidio de Nación pero lo que nos daban en cuanto a presupuesto para todo un año, se convirtió en 6 meses. No alcanza para dar la comida todo el mes, solo llegamos a dos o tres semanas como mucho”, añadió.
Asimismo, explicó que “no tenemos lugar para nadie más, tenemos el cupo completo. Es terrible el aumento que hay en los negocios, eso también habría que controlar bien. Hay muchas familias numerosas que van con 5, 6 o 7 hijos”.
Por su parte, Beatriz Cabana de la fundación “Ceres”, sostuvo que “estamos muy preocupados porque los elementos que mandaban para un mes ahora nos alcanzan para una semana, me refiero al programa de Nación ‘Penud’. Cuando no tenemos, si las mamás no pudieron conseguir recursos de la huerta o si no contamos con alguna persona solidaria que nos dona, no funcionamos, no podemos dar de comer”.
Señaló también que “la inflación nos está matando, cada vez alcanza para menos. Eso que no siempre se cocina con carne y otros alimentos que son muy necesarios la nutrición de cada día. Estamos en un momento muy crítico, nunca tuvimos esta crisis tan profunda como la de ahora”.
Por su parte, Mirta Cabana de la fundación “Darlocab” afirmó que “nos pagaron dos meses juntos, mayo y junio, eso no ayudó un poco pero igual siguen atrasados y pedimos que no se retrasen porque tenemos deudas y no queremos que los proveedores nos corten. En ese caso si tendríamos que cerrar el comedor”.
Seguimos como podemos “y se van sumando más chicos, esperamos la colaboración como debe ser. No alcanza para nada y es necesario que los chicos estén nutridos para que puedan responder a las actividades que realizan”, agregó.
Por último, remarcó que “todo subió muchísimo, en especial, la carne y las verduras, tratamos de que la comida sea nutriente. Vienen personas del barrio Belgrano y también de otros adyacentes e incluso de algunos más alejados como Alto Comedero y Los Perales”.
Otro de los comedores que atraviesan por esta situación es el CDI “San Francisco de Álava”, que brinda merienda y cena. Rosa Vilte, referente del mismo, aseguró que “la situación es grave, lo que antes alcanzaba para un mes ya no alcanza. Cuando vamos a comprar alimentos los precios suben abruptamente cada semana. Hay mucha demanda, pero no puedo dar más”.
Remarcó que “hay muchos chicos que realmente necesitan comida pero no podemos recibir a más porque no tenemos. Antes podíamos pero ya no, ni siquiera para los que ya están inscriptos. Por eso, damos hasta donde llegamos”.
“Nos vemos obligados a suspender algunas semanas y lo cortamos, después cuando volvemos a tener, nuevamente abrimos nuestras puertas. No nos queda otra, solo recibimos el subsidio de Nación nosotros. Por más que quisiéramos seguir todo el mes, no podemos”, dijo.
Asimismo, indicó que “los chicos se ponen tristes cuando no podemos darles, se van angustiados y nos preguntan cuándo pueden volver. Seguramente en su casa toman el té y se van a dormir. Es muy duro la verdad”.
Por otra parte, Beatriz Cabana de la fundación “Ceres” manifestó que “la ministra Sarapura no nos quiere recibir, intentamos hablar con ella para buscar una solución pero no hay respuestas. Lamentablemente tenemos que cerrar porque así no podemos atender a los chicos que nos piden comida”.
"Ceres" se encuentra en el barrio Cerro Las Rosas y trabaja hace más de 20 años asistiendo a niños con desnutrición. Actualmente contiene a 55, los mismos son derivados desde el centro de salud de ese barrio y son los que se encuentran en una situación más crítica. Para ayudarlos, el número de contacto es: 388-154212485.
Por último, dijo que “de los años que llevo trabajando en lo social, nunca hemos tenido una situación tan angustiante como ahora. Recibimos a chicos desnutridos y cada vez son más. Las familias cada vez están más desbordadas, tienen más problemas entre ellos, y mucho tiene que ver la crisis. Los maridos no consiguen trabajo y no tienen para llevar nada a su casa, el problema es muy grave, estamos rebasados”.
Situación de comedores y merenderos en actualidad
En la provincia de Jujuy existe una red de comedores que contiene a 15 de ellas y que tiene como fin brindarse un respaldo. Elena Baca y Juan Carlos Vargas del centro comunitario “San Pantaleón”, Mirta Cabana de “Darlocab” y Catalina Campos del comedor “Sagrado Corazón de Jesús” son algunas de las personas precursoras de este espacio que ya tiene casi 30 años de existencia.
Estos referentes coinciden en que la situación económica actual del país les impacta más que en otros momentos, e incluso más que en la crisis del año 2001.
En ese sentido, Elena Baca comentó que “las madres deben ir para copas de leche y otros lugares para que sus hijos coman, ellas no pueden darles por sus propios medios. Veo a la gente muy desesperada y de verdad no tienen para comer. Nosotros no podemos decirle que no a un abuelo que nos pide para comer, las mamás deben pedir un préstamo para pagar la luz, hace más de 30 años que estoy al frente de esta situación y nunca pasamos por esto”.
La situación es muy dura, “hay mucha más demanda de adultos mayores, algo que antes no habíamos visto. Es imposible darles de comer con 6 pesos, con eso no le podemos dar de comer a un niño. Encima hay atrasos, es imposible”, dijo.
Siguió diciendo que “encima nos pagan atrasados y los proveedores algunos no nos quieren esperar, y es entendible. No sabemos que más hacer, no cerramos porque no podemos dejar a tanta gente sin comida. Tenemos que reducir lo que les damos y hay mucha gente solidaria que nos ayuda. De otro modo no podríamos subsistir”.
Baca además comentó que “cómo pueden pensar que los chicos van a comer con ese dinero. Encima todo subió, es imposible comer con 6 pesos. Yo no milito políticamente pero si lo hago socialmente y toda mi vida me dediqué a esto, ojalá haya más instituciones que se quejen.
“Hay gente que viene al comedor porque cerró el que ellos iban antes y así andan, buscando donde comer. Yo tengo a 30 abuelos que hasta tienen su jubilación y le cortaron todos los servicios”, concluyó.
Al igual que "San Pantaleón", los demás comedores que componen la Red aseguran que cada vez son más las personas que se acercan a ellos. "Se paran en la puerta y miran cómo comen los demás, eso nos toca el corazón y no podemos negarles la comida", dijo.
Esta difícil situación impacta en la realidad de estas instituciones que cada vez tienen mayor demanda. "Me llama mucho la atención la cantidad de personas que llegan a pedirnos un plato de comida. Ahora vienen abuelas que no tienen para comer, en tantos años nunca nos pasó eso. Siempre fueron madres y sus hijos los que llegaban". Nunca les niegan la comida pero a ellos se les complica demasiado ya que tienen un cupo fijo de personas y no quieren bajar la calidad del servicio que ofrecen.
4110 pesos por 30 niños al mes
El Cdi “Sagrado Corazón de Jesús” recibe del Gobierno Provincial una suma de 4110 pesos por 30 niños cada mes, siendo un total de 137 pesos para que cada chico coma mensualmente, explicó la referente de esta institución, Catalina Campos.
En ese sentido, Campos aseguró que “tenemos que hacer maravillas para llegar a fin de mes. Todos los comedores estamos en la misma crisis, llega más gente, sobre todo adultos mayores que antes no teníamos. Llegan a comer y hay que atenderlos. Estamos desde hace 21 años y nunca pasamos por una crisis así”.
“Sagrado Corazón de Jesús” además de funcionar como comedor brinda una atención de niños menores de 5 años. Se encuentra situado en el barrio San Martín, en calle Iturbe esquina De La Quintana. Para colaborar con ellos se pueden comunicar al número: 388-4212888.
En total asisten a 90 personas, entre niños, adolescentes y adultos. También van jóvenes con problemas de adicciones o adultos mayores con dificultades de salud.
Les negaron el acceso al beneficio
"Rinconcito de los Peques" del barrio San José de la ciudad de Palpalá se encuentra atravesando también una situación muy complicada ya que ellos no perciben ninguna ayuda estatal y hace poco les dijeron que no podrán acceder a un beneficio, noticias que angustió mucho a las personas que allí trabajan de forma voluntaria.
Por tercer año consecutivo presentaron un proyecto del comedor para ingresar al programa de Refuerzo Nutricional del Gobierno Provincia, cuyo aporte, pese a que es de solo 6,85 pesos mensuales por niño, a ellos les serviría de mucho ya que realizan su tarea a pulmón.
“El martes nos respondieron y nos dijeron que ya no hay cupo para que nosotros entremos. En el proyecto dejamos el expediente sobre todos los detalles del comedor, cantidad de chicos, madres, lo que tenemos y no, fue en mayo”.
En ese sentido explicó que solamente les dejaron mercadería en dos oportunidades y que esperan que les den una solución para poder percibir ese programa.
En el comedor "hay chicos y adultos mayores desnutridos y excedidos de peso por una mala alimentación. Son 6 niños aproximadamente con muy bajo peso y la mayoría de las personas come solamente acá. Le damos muchas veces sopa para que se lleven, eso toman después, y nada más lamentablemente".
Sostuvo que "este año tuvimos que cortar días, teníamos un merendero el año pasado y lo sacamos por el presupuesto al igual que el postre".
Por su parte, Silvia Herrera de "Manitos Unidas" de Alto Comedero, afirmó que "tenemos varios casos de niños con desnutrición. Por esa razón les tratamos de conseguir leche u otros alimentos más reforzados para ellos y hablamos con una asistente social para que los ayuden".
También hay adultos mayores en esa situación, "cuando tenemos tratamos de darles más nutrientes a ellos. Hay 7 chicos con desnutrición y 3 adultos", añadió.
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