La figura del acompañante terapéutico y cuidador domiciliario gana terreno en un contexto de salud de alta demanda, que incorpora la promoción de cuidado y seguimiento en la propia casa de las personas con cierta dependencia. Veamos las diferencias de cada rol profesional.
Gran ayuda para el paciente y su entorno, el tratamiento o cuidado en contextos conocidos es reconocido actualmente como un potenciador de resultados, lo que beneficia la salud y bienestar del paciente a cargo. Una modalidad que además reduce costos, mejora la convivencia y presta servicios a medida.
Rol del cuidador en casa
El cuidador personal en domicilio es la persona que asiste y apoya a los pacientes con determinadas discapacidades o problemas funcionales. En diversas empresas de salud como la de este link: https://grupomedincare.com.ar/cuidadores.html su papel es central para brindar asistencia relacionada con el acompañamiento y colaboración en las tareas diarias, haciendo más cómoda y práctica su rutina, lo que mejora su calidad de vida. El sostén concreto que garantizan es la asistencia por horas o completa por turnos, sin alterar su intimidad y dignidad.
Para conseguirlo, es vital que el interviniente pueda apoyarse en un contexto familiar de ayuda activa, transportes accesibles en caso de idas al médico o salidas de ocio y contar con un inmueble adaptado a sus condiciones.
Esta función se solicita ante casos en que los niños, adultos o adultos mayores necesiten:
- Colaboración para continuar con sus actividades en el domicilio
- Beneficiar su salud física y psicológica, reduciendo riesgos
- Llevar un orden de los medicamentos y chequeos que debe realizar
- Asistirse con la alimentación a las horas pactadas
- Interactuar con médicos a cargo y enfermeros tratantes
- Participar en tareas recreativas indicadas para su caso
- Conseguir seguridad en su autoconfianza
Tareas del acompañante terapéutico en domicilio
Por su parte, el acompañante terapéutico es el profesional a cargo de las actividades del paciente. se ocupa de ayudarlo y estimularlo hacia su autonomía, tomando en cuenta sus necesidades debido a la complejidad del cuadro.
Este tipo de tratamiento que se dispone de forma externa a la hospitalización, ofrecido por ejemplo como internación domiciliaria del Grupo Medincare, se centra en facilitar al paciente su rutina diaria, mientras fomenta su recuperación y mantiene su contexto familiar, social y laboral.
Esta modalidad suele ser requerida en situaciones como las siguientes:
- Cuando se padecen trastornos anímicos como la bipolaridad o depresión.
- En casos de padecimientos psicóticos como la esquizofrenia o paranoia.
- Ante situaciones de ansiedad, fobias y ataques de pánico
- En situaciones de alcoholismo o drogadicción
- Ante conductas alimenticias irregulares
- Por situaciones neurológicas o mentales de niños, adultos y adultos mayores.
- Por complejidades clínicas como pacientes con cáncer, VIH, problemas renales, discapacidades motoras o terminales.
Como conocimos, cuidadores y acompañantes cumplen una función esclarecedora en el ámbito particular del paciente, reforzando su cuidado, salud y promoción del bienestar. Una práctica en crecimiento que ofrece una gama completa de servicios sanitarios, a medida de sus necesidades.
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