Luego de la rotunda derrota electoral sufrida por el gobierno de Juntos por el Cambio en las elecciones PASO por 15 puntos ante la fórmula Fernández Fernández, el dólar subió más de 10 pesos cerrando a $57,30. Un aumento del 20% en un solo día y luego de haber alcanzado picos de 65 $.
A pesar de la trepada voraz de la divisa estadounidense, durante la mañana el gobierno se mantuvo en inacción y silencio, recién al mediodía salió a contener la suba vendiendo 105 millones de U$S y llevó las tasas de las Leliq al 74,9%
El impacto en la economía real no se dejará esperar con el consecuente traslado a precios de esa devaluación y el posterior aumento de la inflación. De hecho versiones informaron que en supermercados ya se estaban remarcando mercaderías y que proveedores retuvieron productos a la espera de los nuevos valores.
La no intervención del Central fue sospechosa ya que se mantuvo a la espera aun, cuando la divisa había superado el valor superior de las bandas acordadas con el FMI. En el mercado ante el pánico alcista se especuló con la versión de una jugada suicida del gobierno consistente en permitir la disparada del dólar para azuzar el miedo en la población con la esperanza de mejorar sus chances para las elecciones generales de Octubre, según expresaron fuentes periodísticas.
Esas versiones parecían aventuradas pero el propio presidente se encargó de confirmarlas cuando en la conferencia de prensa de esta tarde culpó al resultado de las elecciones por la corrida cambiaria y le pidió a la gente que repiense su voto en octubre, evaluando las consecuencias del voto en la economía. Algo insólito en una democracia: el propio presidente extorsiona a su pueblo para que lo vote, produciendo él mismo (o dejando que sucedan) los perjuicios de los cuales nos salvaría.
Además de perverso su comportamiento es profundamente antidemocrático: porque el responsable de la corrida según Macri (más allá de poner como chivo expiatorio de todos los males al kirchnerismo) es el ejercicio mismo del voto popular.
Un presidente desencajado y fuera de la realidad declaró “esta elección no sucedió”, incapaz de aceptar los resultados de una elección democrática. Y en una manifestación brutal de su impotencia, o un acto infame de manipulación en relación a la escapada del dólar sostuvo “no me puedo hacer cargo” de esa suba.
Además intentó condicionar a los votantes para las elecciones de Octubre sembrando el miedo: “Acá tienen un ejemplo de lo que puede pasar el día despues si gana el kirchnerismo. Bueno, es un buen ejercicio para saber cómo serán las cosas”.
Además amenazó a la gente que según él debe analizar “los efectos y consecuencias de ese voto". Más temprano, María Eugenia Vidal también había sugerido que la reacción del mercado fue en contra del triunfo del Frente de Todos, evidenciando un acuerdo en Juntos por el Cambio para difundir el discurso del miedo.
Visiblemente fuera de sí Macri en lugar de hacerse cargo se la pidió a la oposición: "El kirchnerismo tiene la responsabilidad de transmitir tranquilidad a la comunidad económica", enfatizó. Y lejos de hacer alguna evaluación de sus errores le exigió “una autocrítica al kirchnerismo”
"Hoy estamos más pobres que antes que las Paso", agregó y pidió "que el kirchnerismo se haga cargo y revierta está situación". El Jefe de Estado no dio detalles sobre las medidas económicas que piensa tomar para contener al dólar y se limitó a decir que el "Central ya está actuando".
Macri habló acompañado de Miguel Pichetto desde el salón de los Pueblos Originarios de la Rosada tras tener una reunión de gabinete. Negó que piense en cambios de gabinete, pese a que durante toda la jornada se especuló con las salidas de varios ministros. "Espero que acote algo también", dijo en relación a Pichetto.
"El presidente está en control", aclaró Pichetto y advirtió que "no hay una transición", pese a que parte del gabinete le pide a Macri que ya inicie el proceso para entregar al poder.
Fuente: Información propia, La Política Online
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