Crónicas de la cuarentena: "Cambalache de la pandemia"

Cambalache de la pandemia

Pensar, pensarnos en Cuarentena, reflexionar, indagar sobre las antiguas y nuevas costumbres de convivencia para cada caso de acuerdo a las experiencias.

En mi caso por mi actividad y mi trabajo varió poco y nada más allá del aislamiento. Los primeros días no entendía muy bien ya que al poco tiempo me pidieron volver mediodía al trabajo, siendo unos de los pocos en la Institución en hacerlo. Unos de mis trabajo está vinculad a la salud.

Luego vinieron las formas de organización con la familia, los tiempos, el orden establecido, las tareas, las rutinas. Por suerte, somos muy individualistas en muchas cosas y en otras funcionamos  muy bien como un grupo humano queriendo disfrutar lo que nos toca y con la responsabilidad de cada uno en sus obligaciones.

En casa se discute mucho, y se discute todo; todo el tiempo nos hacemos preguntas nos cuestionamos formas, reflexionamos, hacemos el ejercicio colectivo que hacer para mejorar en nuestras acciones ya que claramente en cualquier convivencia de la que sea existen acuerdos en teoría. Nos hay tanto conflicto en este aislamiento en cuarentena en lo familiar en este y en otros aspectos.

Después viene lo particular y ahí es donde quisiera detenerme. Hace mucho tiempo que consumo muy pocos medios de comunicación, entre ellos los televisivos. Me centro mucho más en los análisis de algunos comunicadores a través de sus redes o programas radiales, como también libros; testeo rápidamente en las redes como repercuten y se vuelcan en ellas las opiniones de la “Información”. Resulta que en estos últimos tiempos más allá la pandemia será por los años que uno lleva vividos, las preguntas existenciales resuenan con más fuerzas que nunca y considero que la educación cultural es fundamental.

La cuarentena me hizo cuestionar más fuertemente los grandes temas filosóficos entre ellos la vida y la muerte claro está.

La liviandad de tirar un numero sobre las muertes, para hablar de economías que se caen, para hablar de la política y sus funciones;  la liviandad para ser miserables o especuladores en medio de la crisis y la Pandemia. Lo finito que somos y la fragilidad de aquella población en “riesgo”. El riesgo que implica ser empático y cariñoso en estos tiempos. El riesgo que somos como individuos que viven en una comunidad. Nuestro endeble sistema Económico y Sanitario mas allá todas las políticas.  

Soy actor, trabajamos mucho la empatía, la solidaridad, el ponerse en el lugar del otro en nuestros juegos abundan los abrazos y los besos. Se dice tenemos otra sensibilidad los artistas, en fin se dicen tantas cosas.

Sin embargo volvemos siempre a los mismos temas en épocas de crisis y en los otros también. Sin embargo El Mundo fue y será una porquería ya lo sé… diría Discépolo en su Cambalache.

Quiero ser optimista ante lo que sucede pero todo me aterra, y lo que más me aterra es el otro y la gran hipocresía. En realidad no creo la gente se cuide pensando en los otros. Creo se cuida pensando en uno mismo;  eso me duele y me angustia. Se instaló el Individualismo y el capitalismo se aggiornará.

No creo que salgamos mejores de esta situación. Creo que el mundo se repite, como se repiten las más trágicas historias y el hombre seguirá siendo hombre.

Yo no creo estar saliendo mejor de esta cuarentena.  ¿No sé ustedes? Sepan disculparme.

Omar Lafuente