Entre ese colectivo de feministas estaba Lola Guerra, una abogada salteña, quien coordina la Red de Latinoamérica y el Caribe de Católicas por el derecho a decidir. Ellas están en 12 países en la región y la integran mujeres que trabajan desde una mirada de la Teología Feminista a favor del derecho a decidir. Integra también la Guardia de Mujeres Feminista, así como también otros espacios y colectivos a nivel global.
Ese gran día en Cannes estuvieron invitadas algunas referentes de la Campaña. El personal de protocolo sabía que las mujeres que se acercaban de "verde" no podían ingresar, pero al ver lo que generaban en el público fue tan fuerte que les permitieron el acceso. “Fue muy fuerte y nadie nos obstruyó el camino, un momento muy fuerte simbólicamente, además la presentación del documental” expresó Lola.
Aunque desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito criticaron que el documental no refleja el rol que tuvo en el país la Campaña, sí se muestran y quedan en evidencia las dificultades y obstáculos que tienen que vivir las mujeres en Argentina ante un aborto, y sobre todo la judicialización a la que estos casos están sometidos.
Cuenta con el testimonio de una de las víctimas, Ana María Acebedo. Su madre, Norma Cuevas, estuvo presente en la presentación. Se trata del caso de una joven de 19 años a la que no quisieron realizarle la práctica de un aborto ya que ella estaba sometida a un tratamiento de mandíbulas por un cáncer. El motivo que le dieron para no realizarle el aborto fue proteger al feto. Murieron el feto y Ana María. En consecuencia quedaron dos niños huérfanos y los médicos fueron imputados por no realizar la práctica oportunamente.
- ¿Cómo fue la experiencia en un ámbito que tiene la mirada crítica por las temáticas de las películas y su selección?
- Fue interesante y nos permitió reunirnos con obstetras, también permitió estar en un festival alternativo de cine donde nos consultaron por el conflicto argentino. Otras compañeras se reunieron con las encargadas de organizaciones de identidad de género del estado francés que viajaron exclusivamente para reunirse con nosotras después de ver la intervención de Cannes.
-En Francia es otra realidad y es como la lupa más grande para ver lo que sucede en Argentina donde el aborto marcó una división en la sociedad. Aunque ya está instalado el tema gracias al movimiento feminista...
-Lo que tiene Francia es que la mayoría de los países desarrollados tienen legalizado el aborto por voluntad de la mujer hace muchos años. Una feminista me decía “para mí es difícil entender lo que significa. A los 20 años tuve que abortar y lo único que pensé era si quería o no ser madre. No tenía que pensar si iba a ir presa, o cómo lo iba a hacer, si me moría, el aborto era legal. Es decir no sé que se siente, porque siempre fue normal en la vida de las mujeres francesas.”
Lo que ellas pueden ver en nuestra lucha es importante porque entienden que hay un avance de los fundamentalismos, no solo en la región latinoamericana sino a nivel global. Están preocupadas porque algo que es legal en su país, en esta situación actual, está en riesgo. También tienen amenazas de retrocesos en Francia y en otros países de Europa. El hecho de que las mujeres Argentinas estemos visibilizando todo este tema del aborto en el país genera un impacto positivo en todos los países de América Latina y el Caribe, incluso en países donde el aborto es legal; es una manera de resistencia al retroceso. Hay mucha admiración por el movimiento de mujeres, la campaña y la estrategia. No pueden creer la capacidad política que tuvimos de generar alianzas intersectoriales, generacionales, partidarias incluyendo diferentes sectores, es decir, a diferencia de los movimientos sociales que se basan en la lógica partidaria.
- El 28M hay una nueva presentación, por octava vez, del proyecto de Derecho al aborto, legal, seguro y gratuito. En el 2018 fue intenso el trabajo de la Campaña y en el Congreso.
-Este 28 estamos organizando una serie de actividades en todas las provincias, y una movida muy grande en el Congreso de la Nación. Habrá una conferencia de prensa, actividades callejeras, en el marco de la presentación del proyecto por la legalización del aborto. Son muchos años de Campaña y no queremos que pierda estado parlamentario, por eso una vez más lo vamos a presentar. Es un proyecto que hemos modificado en la última reunión plenaria de este año, lleva las firmas de diputados y diputadas. Allí estarán representantes de articulación de la Campaña Nacional, referentes de todos los que integran este movimiento amplio por el derecho al aborto.
-El proyecto tiene aportes de todas las regionales y algo que afecta es la objeción de conciencia de profesionales. ¿Avanzaron sobre ello?
-Sí, es un tema complejo, no lo incorporamos en nuestro proyecto de ley, trabajamos la objeción de conciencia entendiendo como una estrategia que se dan los sectores fundamentalistas religiosos para negar el acceso al derecho, no es una reivindicación de derecho real sino una manera de plantear privilegios de algunos profesionales de no garantizar practicas legales, a diferencia de otros profesionales que sí garantizan la práctica que la ley les manda.
Es decir, la objeción de conciencia es un tema complejo, no hay ninguna ley que les garantice ese derecho, en cambio, sí hay obligaciones de prestar asistencia médica y de no obstaculizar ni demorar la interrupción legal del embarazo (ILE). Recientemente en un fallo donde un médico fue imputado y condenado por obstaculizar el acceso a un aborto legal, la joven había sido abusada sexualmente. Esperamos que esa condena sea ejemplificadora, que sepan valorar los derechos de las mujeres y cumplir con su obligación.
-En Jujuy la objeción de conciencia ha obstaculizado varios casos y pareciera ser que no avanzamos…
-Han habido avances, desde una provincia muy conservadora, fuerte presencia de los sectores fundamentalistas religiosos, representados no solo en las ONG sino también enquistados en los espacios de poder político estatal. Me refiero al poder judicial que ha sido cómplice de estrategias de organizaciones fundamentalistas religiosas en dilatar la resolución de un amparo por el cual es muy difícil el acceso al aborto. Se van logrando avances gracias al movimiento de las mujeres, surgen nuevas resistencias y organizadas de diferentes maneras. Debemos entender cómo es la lucha contra quienes quieren restringir derechos, contra quienes quieren volver a la prehistoria y retroceder en los derechos de las mujeres y cuerpos con capacidad de gestar. En realidad quieren vernos lavando los platos y teniendo hijos. En la sociedad que vivimos es muy fuerte. Hay una lucha, una red de profesionales de la salud, una orientación para aplicar las lLE, abogadas, una juventud que participa activamente, compromisos políticos, hemos logrado muchas cosas sin desconocer que nos enfrentamos a un sector donde están organizados y que tienen mucho poder.
- En un año electoral complejo, ¿cómo ves el planteo, el tratamiento?
-Este año es muy importante para nosotras porque se renuevan muchas de las bancas en el Congreso de la Nación, muchas de las que se renuevan son bancas verdes. Nos obliga a seguir la campaña electoral para que los candidatos y candidatas se posicionen en este tema tan importante para la sociedad argentina. Además que sepan que nuestro voto sí va a estar determinado por la posición que tomen a favor o no de que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo, o si quieren continuar en esa posición que las mujeres mueran por abortos clandestinos.
Así que tenemos estrategias políticas, venimos trabajando en la forma que abordaremos el tema. Sabemos que será una campaña compleja porque también se está discutiendo un modelo de país.
No podemos impulsar el aborto legal sin una salud pública, es decir, pensar que las mujeres van a poder acceder cuando tenemos un Presidente que ha eliminado el Ministerio de Salud, cuando se desfinancia la salud, educación, cuando no hay métodos anticonceptivos. Ese vaciamiento de las políticas públicas que lleva adelante Mauricio Macri tiene que quedar en el pasado. Tenemos que trascender a un modelo de gobierno inclusivo, de justicia social que nos garantice derechos básicos. Entonces ese es el desafío que se nos presenta este año, dejando atrás un modelo neoliberal y recuperar la soberanía sobre el Estado argentino, sobre nuestro pueblo y como logramos la soberanía sobre nuestros cuerpos y las personas con capacidad de gestar.
- El movimiento de mujeres tiene un gran camino, ¿para vos la posta la tiene la juventud?
-Si bien no logramos la ley, hemos logrado la despenalización social del aborto. Hoy las chicas saben que se pueden hacer un aborto con misoprostol y saben que tiene derecho, saben que pueden acceder a un aborto seguro, que no tienen que poner su vida en riesgo. Pero aún así cuando se nos negó la ley en el Senado, se vió que hay casos de abortos clandestinos, es una realidad y le pasa a las mujeres más pobres. Sin embargo, tenemos una juventud muy comprometida con el tema, activa e informada con posicionamiento político, particularmente contra los sistemas patriarcales de dominación, que se posicionan como feministas. Esperamos que las escuchen, ya que su voto vale en este año electoral.
Las jóvenes están pidiendo que se respete su autonomía. La discusión del aborto no es sólo la salud, sino que es una cuestión simbólica de disputa, de que el Estado entienda que somos personas capaces de tomar decisiones válidas. No sólo en relación a nuestro cuerpo sino el Estado nos está diciendo que lo que nosotras consideramos mejor para nuestra vida no es una decisión valida y que nos la tiene que tutelar el estado, la iglesia, la sociedad, entonces las mujeres no somos capaces de decidir en nada de nuestras vidas.
Venimos a decir eso, que nuestras decisiones son válidas que podemos decidir abortar y que las mujeres venimos para hacer política y decidir, y que deben incorporarse a la vida social
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