Comienza el juicio contra integrante del GAM5 acusado de abuso sexual

En junio de 2019 comenzaba una pesadilla para una joven soldado voluntaria del Grupo de Artillería 5, luego de aprobar el curso de Introducción Básico, fue destinada a cumplir funciones en la Batería de Tiro “A” bajo las órdenes del sargento ayudante Jesús Ayarde, quien abusó sexualmente de la mujer, causa que llega a juicio.

Transcurridos 2 años de la denuncia -que recién se hizo efectiva en enero de 2020- el acusado llega al proceso acusado del delito de abuso sexual con acceso carnal, por lo que desde este miércoles 11 a partir de las 8 deberá sentarse en el banquillo.

La demora de la víctima a denunciar el hecho fue producto de las amenazas que le profirió el propio Ayarde, además del intento de la fuerza mantener encubierto el caso.

Acoso, violación e impunidad

Según consta la denuncia, la víctima de Ayarde ingresa en el GAM5 en junio de 2019, desde aquel momento, el sargento ayudante comenzó a hostigarla con proposiciones sexuales aprovechándose de su investidura. “Tenía fuertes impulsos sexuales de penetrarme y que si accedía a su petición la iba pasar bien, manteniendo el lugar de trabajo”, relató la mujer en la exposición.

Todo ello bajo la amenaza que “todas las actividades laborales que se realizan en la Unidad están regidas por leyes militares y que las leyes de los civiles no tienen vigencia; que por lo tanto no podía realizar ninguna denuncia de lo que acontecía dentro del regimiento”.

Fue en agosto de ese mismo año, que el militar pasó de los dichos a los hechos.  “En circunstancias que nos retiramos de la Batería, por finalización de la jornada laboral, aproximadamente a las 15 horas; el Sargento Ayudante Ayarde me ordena que suba a su vehículo en forma enérgica, enojado y amenazando que si no lo hacía estaba incurriendo en desobediencia a una orden de un superior en jerarquía y que la misma implicaba falta gravísima y causal de baja”.

El testimonio de la víctima sostuvo “Ayarde interpuso su vehículo Toyota Ethios de color verde, ante mi persona y de manera inesperada y sorpresiva, con una maniobra violenta me introdujo al interior del vehículo, expresando que me quedara quieta y no hiciera nada para agravar más mi situación, y de no obedecer ordenaría al personal de la guardia de prevención que me alojara en un calabozo por desobediencia a un superior. Ante esta situación, temerosa por mi situación laboral, no reaccione ante sus amenazas y violencia ejercida.”

Ayarde emprende camino hacia Reyes y estaciona en un descampado cerca del río, lugar donde comienza a ejercer violencia física contra su subordinada con el fin de quitarle la ropa.

“En mi resistencia ejercida en la defensa, efectué fuerza física superior a lo normal que me provocó fuerte dolores (puntadas) en el interior de mi cuerpo, que implicó ser vencida por la violencia física ejercida por Ayarde, pero antes le realicé varios rasguños en distintas partes del cuerpo. Pero la fuerza física del militar fue superior y pudo someterme (…)”. Posteriormente la mujer relata de manera concreta y detallada cómo fue violada sexualmente por el militar.

Tras efectuar el abuso, Ayarde se dirige hacia la zona de la vieja terminal, mientras tanto le manifiesta todo tipo de amenazas, incluso darle de baja de la fuerza.

Tras el ataque, la mujer sufrió hemorragias internas, pero a pesar de ello, mantuvo silencio.

En paralelo, Ayarde siguió con el acoso y las amenazas.

El 29 de octubre de 2019, Ayarde retoma la actividad luego de haber solicitado licencia por paternidad. Desde ese entonces, nuevamente el sargento vuelve a presionar a la joven para que acceda a mantener relaciones sexuales.

“El día miércoles 30 octubre 2019, en circunstancia que procedía a retirarme del servicio, a la salida del Regimiento 5° de Artillería, Ayarde me cruza su vehículo, a la vez que me ordena que suba. A lo que no accedí. Se puso furioso y expresó que estaba desobedeciendo una orden de un superior.”

Al día siguiente, el jueves 31 el Sargento coaccionó a la mujer para que firmase un pedido de baja de la institución, “me manifiesta que debo firmar las documentaciones que ya tenía redactada en la que se hacía constar que solicitaba la baja de la Institución.”

Ese fue el desencadenante para que la joven comente a su madre los hechos de los que era víctima por parte de su superior, mediante un llamado telefónico.

Ese mismo día, la víctima radica la denuncia en la Seccional 49 del barrio Huaico, no sin antes haber recibido también amenazas de muerte por parte de Ayarde.

Antes de salir del regimiento, la joven mujer fue víctima de una requisita, además de serle retirado el celular, momento en que procede un masculino a borrar todos mensajes de textos, audios, fotos que probaban el acoso de Ayarde, todo bajo la orden del Jefe de Regimiento.