Quebraleña es una pequeña comunidad puneña distante a 168 kilómetros de San Salvador de Jujuy, en el departamento de Cochinoca, a 3900 metros de altura sobre el nivel del mar, donde viven algo más de 30 familias.
En medio de la aridez puneña donde el sol y el viento son a veces hostiles y hacen que el desarrollo de la existencia requiera gran esfuerzo, los residentes de quebraleña se propusieron forestar con queñoa los espacios vitales de la comunidad que quieren resguardar de las inclemencias climáticas y las crecidas de los ríos.
Con esa finalidad la Comunidad Quebraleña Nación Kolla organiza la cuarta jornada de reforestación de los bosques de queñoa “simbolo de nuestro lugar, parte de nuestra vida y que se encuentra amenazada como especie. Así que en vez de quejarnos todo el tiempo, decidimos ponernos en acción", manifiesta la información difundida en redes sociales
La queñoa, también llamada el “árbol de las alturas” (distinta a la planta de quinua, que es un grano comestible) es una especie andina que crece en la puna como un arbusto que puede alcanzar más de un metro de altura. Las plantas crecen juntos formando queñoales que sirven de refugio y protección contra el viento y el agua a los habitantes puneños, sus terrenos y sus construcciones. También se usan como fuente de leña en épocas de frío intenso.
"La Quebraleña del mañana es Hoy y su Pasado es Aun", reza el comunicado de los originarios.
Ariel Quispe , presidente de la Comunidad Kolla Quebraleña, impulsores de la iniciativa, explicó a este medio: “la queñoa es una planta del monte, obtenemos las semillas de los propios árboles para luego hacer los plantines que sembraremos.”
“La idea es plantarlos en lugares críticos para la comunidad, como la escuela y los sembrados ya que al no tener ayuda del gobierno, las plantas nos ayudan a protegernos de las inundaciones que llegan al crecer el río de Quebraleña.”
“En Quebraleña vivimos de la agricultura y ganadería en baja escala, y también estamos llevando adelante un proyecto de esquila de vicuñas”, informó
Consultado por la problemática de la explotación de litio, tema que hace poco tiempo generó un intenso conflicto entre las comunidades y el estado, Quispe señaló “ahora el problema tranquilizó. Pero si gana Morales las elecciones sabemos que vendrán con más fuerza los proyectos de minería. Es la violencia del estado.”
El comunero explicó uno de los motivos por los que los pueblos originarios se oponen a la explotación litífera es el uso de técnicas que emplean agua de manera intensiva “Si sacan la salmuera y el agua del fondo de la tierra, ese espacio es ocupado por el agua dulce, la que puede contaminarse”, y ese elemento es escaso e indispensable para la vida en la puna.
“Por eso buscamos alternativas a la minería ya que hay muchos residentes puneños que quieren trabajar, como la esquila de vicuña y otros proyectos”
El representante comunitario recalcó que “No estamos de acuerdo con la minería de Litio , tal cual lo manifestamos en la asamblea realizada el mes de marzo en Loma Punta, Comunidad de Quera, tal cual se manifestaron las comunidades de Guayatayoc y Salinas Grandes”
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