Hace cuatro años la empresa Ledesma inició la construcción de 1.000 viviendas que conforman el barrio Papa Francisco, ubicado entre las localidades del Libertador General San Martin y Calilegua. Fueron adquiridas por trabajadores del ingenio quienes las pagaban en cuotas que se descontaban de su salario.
“Ledesma le vendió esas casas a los trabajadores. Nunca les dió un boleto de compra-venta, ni las escrituras pero si les hizo firmar contratos sin que los trabajadores los puedan leer”, explicó Oscar Nuttini, asesor legal de los obreros perjudicados.
Lo único que se le indicó a la gente que a las casas “no la podían vender y que el pago de la mismas iba a ser el equivalente a 40 horas mensuales de su trabajo”, señaló, es decir que los supuestos beneficiarios debían pagar la vivienda con descuentos del salario.
“El tema se empezó a complicar cuando vinieron una serie de despidos sin causa porque además tenían que seguir pagando las cuotas de las unidades habitacionales”, denunció. Pero además, en ese momento, los ex trabajadores se encontraron con una cláusula que ordena triplicar el valor de la cuota si el empleado se había desvinculado de la firma.
Los trabajadores que en un principio pagaban entre $3.000 y $4.000 después del despido tuvieron que comenzar a pagar $11.000, por lo que se enteraban que en esas escrituras “había un total anatocismo (usura) en cuanto a los intereses”.
“Al capital le corría un interés mensualmente y como las 40 horas de descuento no alcanzaba para pagar los intereses esos intereses pasaban a ser parte del capital”, aclaró.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
.jpg)
