El aroma a albahaca, el sonar de las cajas, las anatas, la chicha, el talco, la serpentina es el marco para el desentierro del carnaval desde este medio día. Ansiosos los carnavaleros y carnavaleras que esperan la salida del diablo.
El puyllay despertará la alegría que renueva energía para iniciar un año de mejor siembra. La alegría se desata por los pueblos durante estos días para celebrar la fecundidad de la tierra y a honrar a la deidad de la Madre Tierra, la Pachamama, por los bienes recibidos. El carnaval responde al calendario agrícola, este tiempo se prepara la tierra para la próxima siembra. Bailan con flores y la planta del maíz como símbolo de fertilidad.
Los mojones de las diferentes comparsas, ya enflorados esperando el grito del diablo, ese personaje que es el alma del carnaval. Después del estruendo de tres bombas se despierta el carnaval, son los diablos, diablitas que animan la diversión durante estos días. Sus trajes coloridos, espejos y el sonido de los cascabeles invitan a bailar.
Arete guazu en las yungas
En las yungas, otra imagen del carnaval, el arete guazú y su pimpin, también muy concurrido con un profundo sentimiento de las comunidades guaraníes ya suenan sus tambores y los tipoy de las mujeres danzan en rondas.
El Arete Guazú es un encuentro donde se agradece e involucra a los antepasados y al KAA IYA. Se hacen los preparativos desde enero y los festejos son en febrero. Se agradece por la buena cosecha y se pide para el año siguiente. En los días festivos se rinde homenaje al espíritu de los ancestros para que tengamos buena siembra.
En esta ceremonia se hacen varias representaciones simbólicas y una de ellas es la pelea del toro con el tigre. Esta fiesta es para todos, incluso para personas de otras comunidades, la gente viene con alegría a compartir.
El carnaval de la puna también tiene su impronta, la caja y el erke se escuchan por las calles del pueblo.
Uno de los espectáculos más visitados es la bajada de los diablos del Cerro Blanco “Los alegres de Uquía” está tarde antes de la puesta del sol.
A pesar de estos tiempos complejos de la política, la economía, en Jujuy se celebra el carnaval.
foto de archivo
La alegría es de la gente
A pesar de las obstáculos a los organizadores de comparsas, algunas centenarias que mantienen la cultura de los pueblos, año a año. Pero son funcionarios y municipios que recaudan con el pago de impuestos “por bailar”, a pesar de ello saldrán igual. Desde el 2015, la alegría siempre fue acorralada por impuestos y actas contravencionales. Aun así al medio día, las comparsas, sus bandas marcan el inicio del carnaval grande.
Transporte y paciencia
La ruta nacional N°9 en este momento sobre cargada, los carnavaleros llegarán a destino a paso de hombre por la cantidad de automóviles que están en camino.
En cuanto al transporte, en carnaval hay servicio especial. La actitud de los empresarios del transporte y de funcionarios es diferente en tiempos electorales.
Los precios del transporte desde la Terminal de Ómnibus de San Salvador de Jujuy:
Volcán: $3.000
Tumbaya: $3.600
Purmamarca: $4.000
Maimará: $4.500
Tilcara: $5.000
Uquía $8.500
Humahuaca: $7.000
Abra Pampa: $9.000
La Quiaca: $12.000
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