El empleo no aumentó en Jujuy como anunciaron Macri y Morales

El último jueves el presidente Mauricio Macri visitó Jujuy y acompañado de Gerardo Morales participó de la Mesa de Competitividad del Litio, mientras en distintos puntos de la provincia los estatales jujeños, custodiados por gran cantidad de policías, se manifestaron en repudio a sus políticas de ajuste.

Durante la conferencia de prensa posterior al evento, Macri manifestó que la economía jujeña estaría encabezando una revolución en el país, una “transformación productiva” bajo el mando de Gerardo Morales.

El presidente anunció que en Jujuy creció la generación de empleo. Crecimiento que estaría dado por el turismo, la minería, especialmente la explotación de litio; y las energías renovables. Pero esa afirmación es engañosa, los datos lo desmienten.

El Ministerio de Producción y Trabajo publicó en enero de este año, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) donde se realiza un relevamiento sobre la evolución del empleo registrado del sector privado en los principales centros urbanos. Este relevamiento también toma el caso en Jujuy.

Si bien la variación mensual, es decir la comparación de diciembre de 2018 a enero 2019, dio positiva, porque registró un 0,4 por ciento de incremento de empleo en el sector privado; en la medición interanual, enero 2018-enero 2019, el empleo bajó un 1,9 por ciento.

Este nivel de empleo es medido por la comparación entre la Tasa de Entrada, que mide las incorporaciones de personal, y la Tasa de Salida, en la que se incluye las desvinculaciones por despidos sin causa, fin de período de prueba y finalización de obra. Estas tasas comparadas dan una variación negativa de -2,0 por ciento interanual.

Estos son datos del Ministerio de Producción y Trabajo de Nación y son los más actuales, pues los últimos datos oficiales realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) se corresponden al tercer trimestre de 2018, período en que sí bajó la desocupación, pero ello no implicó la creación de trabajo.

La medición de la desocupación se basa en determinar qué cantidad de personas que se encuentran en el rango de la Población Económicamente Activa (PEA), que van de los 14 a 65 años, buscan trabajo y no lo encuentran. Ese porcentaje de la PEA que busca trabajo se la considera desocupada.

Ahora, también hay personas que se encuentran dentro de la edad de la PEA, pero que no busca trabajo, a esas personas se las considera Población Económicamente Inactiva (PEI). La PEI está compuesta por los menores de 14 años, los mayores de 65 y las personas que no buscan trabajo, tal como puede ser, el caso de una persona que estudie. A pesar de estas clasificaciones, el INDEC considera a quienes participan en el mercado de trabajo sin restricciones de edad.

Según una consultora privada, los datos que anunciaron el presidente y el gobernador son engañosos, porque si bien cayó el índice de desocupación, esto no quiere decir que haya más empleo, sino que hubo un crecimiento de la Población Económicamente Inactiva. Gente, que, ante la falta de trabajo, ya no sale a buscar empleo.

Para la consultora, esa tendencia se vio claramente en el tercer trimestre de 2018, y además de proyecta que en cuarto trimestre la medición será negativa. Los próximos datos sobre desocupación y empelo que brinde el INDEC se anunciarán el 19 de marzo y serán del último trimestre de 2018.

Aún así, los datos tampoco gozan de credibilidad, pues el INDEC cambió la metodología para medir el empleo. Históricamente, se clasificó a las personas que trabajaban al menos 35 horas a la semana como ocupados plenos, y quienes trabajaban menos de 35 horas como subocupados. La nueva metodología, incluye a las personas que trabajaron al menos una hora en la semana, es decir, aunque se trate de una changa, lo considera como trabajo. A esto también se le suma que no tiene en consideración la relación laboral ni la cantidad de dinero percibido.