Con un paro de 24 horas y una nutrida movilización en la capital jujeña, la Intergremial ratificó la necesidad de paritarias que recompongan los salarios para no quedar por debajo de la línea de pobreza, en paralelo, el gobierno anunció el pago de un bono de 100 mil pesos para fin de año, pero que no soluciona el tema de fondo.
Respecto a la medida, el Ejecutivo estableció que los salarios de hasta 400 mil pesos de bolsillo recibirán esta suma a pagarse en 3 tramos, el primero en diciembre a liquidarse 40 mil pesos, mientras que en enero y febrero la cuota será de 30 mil pesos.
Aquellos salarios que superen los 400 mil pesos de bolsillo, el bono será de 70 mil pesos, dividiéndose el pago en 30 mil a fin de año y de 20 mil para los primeros meses de 2024.
El anuncio fue más efectista que recompensatorio, puesto que la suma extraordinaria es no bonificable y no remunerativa, es decir, no se resta para las contribuciones, pero tampoco se contabiliza para los aportes. Una cifra en negro.
En paralelo, el gobierno tampoco define porcentajes de incrementos en negociaciones paritarias que recomponga los sueldos que, según advirtió la Intergremial, en septiembre ya estaban 25 puntos porcentuales por debajo de la inflación.
La maniobra que utiliza el Ejecutivo para prolongar las negociaciones es mantener reuniones de mesas técnicas salariales, pero que no son paritarias. A modo de ejemplo: el pasado 3 de noviembre, sindicatos docentes fueron convocados a discutir mejoras salariales. Por su parte, el gobierno no lanzó ningún ofrecimiento, aunque ADEP y CEDEMS llevaron sus respectivas contrapropuestas. Recién el 13 de noviembre las partes volverán a verse las caras en la mesa técnica, en la cual, el gobierno tendrá que dar respuesta si acepta los puntos exigidos por los sindicatos que plantearon un salario básico de 295 mil pesos, valor de una canasta básica familiar de 4 personas, según datos de la DIPEC. Toda cifra por debajo de esto significa salarios por debajo de la línea de la pobreza.
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