Jujuy no se toca, la impunidad de Morales tampoco

Bajo la consigna "Jujuy no se toca, contra la impunidad y la corrupción” y agitando el fantasma de la liberación a Milagro Sala, Gerardo Morales convoca hoy a una marcha contra la Intervención Federal al Poder Judicial de Jujuy

De este modo, Morales elige alentar el resentimiento en la sociedad y la polarización entre él y una ex líder social sin poder, eludiendo dar respuestas a los problemas que afectan a los jujeños, muchos producto de su mala gestión: un desastroso estado de la salud pública, un sistema educativo que ha disminuído la oferta educativa, tarifas eléctricas a precios de lujo con ítems irregularmente cobrados por el propio gobierno, empleados estatales con salarios miserables y un endeudamiento voraz de las cuentas públicas , con un proyecto insignia como la planta Cauchari que no ha generado un peso en los plazos por anunciados.

Detrás de la polarización y el establecimiento de la lógica amigo-enemigo, paz-violencia, gente bien-tupaqueros lo que precisamente busca Gerardo Morales es asegurarse impunidad.

Impunidad con la que ha concretado muchos actos del poder ejecutivo sin ningún tipo de control ciudadano, asegurada por un poder judicial subordinado a sus intereses políticos. Esa impunidad afecta a todos y cada uno de los ciudadanos de Jujuy en su vida cotidiana. Por eso el debate que pretende instalar el oficialismo con esta marcha es falso.

Precisamente, la falta de límites por parte de la justicia y las instancias de control constitucionales, contra las cuales el oficialismo arremetió brutalmente, le permitieron a Morales comprometer a Jujuy con una deuda de más de 1.700 millones de dólares y 45 mil millones de pesos, estimativamente. Aunque los números de esa deuda no son para nada claros porque Morales, se niega a rendir cuentas y anunciar a los Jujeños cuánto debemos en realidad.

Como Morales no rinde cuentas puede por ejemplo cobrarnos en las boletas de luz un cargo como el FOPEJ, cuyos fondos no se sabe a qué se destinan y el gobierno no informa ni aclara a la gente que hace con ellos. ¿Qué tiene que ver la libertad de Milagro Sala con todo esto?

Gracias a su control sobre los otros poderes del estado, en este caso el legislativo, Morales se aseguro el control de todas las cuentas de las reparticiones y organismos públicos, a través de la Ley de Fondo Unificado. Así puede manejar, por ejemplo el dinero de los afiliados del Instituto de Seguros de Jujuy, mutual que ahora según el Ministro de hacienda Carlos Sadir tiene un déficit mensual de entre 20 y 40 millones de pesos. Y para poder paliarlo el gobierno inventó un Seguro de Sepelio forzoso para todos los estatales y jubilados a quien brinda servicios.

Será preciso recordar entonces que quien maneja con total discrecionalidad esos fondos de la mutual provincial que se está vaciando, es en última instancia Gerardo Morales, el mismo que organiza la “marcha contra la corrupción”. No es el chivo expiatorio Milagro Sala quien aumenta el porcentaje que de su sueldo deben destinar los ciudadanos a cubrir su aporte al Instituto de Seguros.

Asimismo, el control sobre la justicia ha permitido que en el ejecutivo proliferen funcionarios agresivos y acosadores especialmente contra las mujeres, lo que ha originado en algunas reparticiones públicas un clima de violencia institucional irrespirable para los trabajadores.

Como si fuera poco, el hostigamiento y persecución a los trabajadores que denuncian las pésimas condiciones laborales no cesan. El caso paradigmático ocurrió en los últimos días, cuando un grupo de legisladores del PJ visitaron el Hospital Oscar Orías. Allí, los trabajadores tuvieron la oportunidad de señalar las falencias y carencias con el cual está funcionando el nosocomio, pero que es la muestra de la situación actual de todo el sistema de salud provincial. Falta de insumos, medicamentos, pésimas condiciones asepsia, fueron algunos de los puntos señalados. Por ello, el doctor Boero, uno de los cirujanos del hospital de Libertador, fue suspendido por 15 días sin goce de sueldo, además de ser removido como jefe de Cirugía. El escándalo fue tal, debido a que el director de esa unidad sanitaria trató de sacar a los diputados peronistas con la policía (sin respetar sus fueros), que el ministro Gustavo Bohuid debió dar marcha atrás y declarar la intervención.

Otra muestra del recorte en salud se pudo apreciar con el cierre de la Sala 3 de Neumonología de varones en el Hospital San Roque. Con ello, se perdieron más de una docena de camas, además de convertir la sala de mujeres de esa especialidad en mixta. Allí, los trabajadores denuncian persecución laboral, perpetrada por ambas directoras (Médica y Administrativa), quienes disponen como castigo el cambio arbitrario de turnos y áreas de los trabajadores.

A esto se le suma la falta de acción de los gremios dada la persecución judicial que los acosa: 15 dirigentes, entre ellos opositores y gremiales, por estos días fueron citados por el Juzgado Contravencional por las manifestaciones de 2018 en la apertura de las sesiones ordinarias legislativas.

La conflictividad determinada por las pésimas condiciones laborales, sanitarias y educativas y sociales, es la que Morales intenta tapar a través de la movilización de hoy.

La justicia plebiscitaria

La marcha de hoy expone claramente la concepción de la democracia y el estado de derecho que tiene el oficialismo. La intención de plebiscitar con una movilización la libertad de cualquier persona, es contraria a cualquier principio jurídico y democrático. Los delitos que pueda haber cometido un ciudadano y su sentencia, en un sistema republicano los determina el poder judicial a través de un juicio justo con un tribunal independiente. Eso es ni más ni menos lo que le corresponde a Milagro Sala, el resto es uso político de hechos que no se pueden someter a consulta pública, por más que el racismo y el odio de clase azuzados por Gerardo Morales hagan parecer que si.

A esta altura ni hace falta decir que Milagro Sala es para Morales, no sólo su perfecto chivo expiatorio, sino el espejo donde se proyecta. Los jujeños ya han advertido que la agresividad, impunidad, manejo discrecional de los fondos públicos, clientelismo, prepotencia, falta de respeto por la Ley que el gobernador y un radicalismo carente de ideas le imputan a la líder tupaquera, son todas características presentes en la gestión de Gerardo Morales

Pero además lo paradójico es que con esta marcha “contra la corrupción y la impunidad” el propio Morales muestra que no existe una justicia independiente en Jujuy y por eso intenta plebiscitar actos jurídicos en las calles.

Los jujeños no tenemos por qué elegir entre la falsa opción de hierro que plantea Morales, la supuesta liberación de Milagro Sala y su impunidad para ejercer un poder sin controles que nos afecta a todos los jujeños, endeudándonos y brindando cada vez peores condiciones de vida.

Acaso los habitantes de Jujuy ¿debemos elegir entre apoyar a un juez acusado de violación, ministros acosadores, el robo en las tarifas eléctricas, niños que deben alimentarse con 6,80 pesos diarios, estudiantes procesados por manifestarse, sueldos estatales miserable y la libertad de Milagro Sala?, cuando el propio presidente del STJ Pablo Baca ha dicho que Sala está suelta porque Morales "no la quiere soltar", aceptando así al mismo tiempo, los fines políticos para que se emplea la justicia de Jujuy y el control que sobre ella tiene Morales.

"Jujuy no se toca" dice el eslogan. Pero Morales es sólo nuestro representante a cargo del poder ejecutivo en el gobierno provincial. Él no puede hablar por todos los jujeños y más cuando hay muchos afectados por la falta de democracia y carentes de las garantías que les ofrece el estado de derecho.

La sobreactuación de un patriotismo mal entendido, dónde toda la población se vería congregada contra un enemigo externo -la Intervención judicial- y uno interno -Milagro Sala- es sólo una sobreactuación que pretende enmascarar y hacernos olvidar los muy graves problemas de la gestión de Morales, el estado desastroso de las cuentas públicas, la muy mala calidad de vida de muchos ciudadanos para abroquelarlos detrás del estandarte vacío del resentimiento que le garantice más impunidad en la gestión a Gerardo Morales y más atropellos a los derechos de los Jujeños.

La apelación al odio contra un enemigo ficticio, para encolumnar a los ciudadanos detrás de un líder que no rinde cuentas de sus actos ni de lo que hace con los fondos públicos, la falta de las garantías y carencia de estado de derecho junto a un nacionalismo de aldea es un movimiento que la historia ha visto pasar muchas veces, se llama tiranía.