Se conoció la renuncia de la vocal Dra. Silvia Bernal a la Suprema Corte de Justicia, el decreto N°2296/24 fue publicado en el Boletín oficial, donde el gobernador Carlos Sadir acepta la renuncia a partir del 1 de enero del corriente año, y agradece el servicio ofrecido a la ex magistrada.
La Suprema Corte con la renuncia de la jueza, pasa a tener dos vacantes. Se desconocen los motivos de la salida de Bernal que en estos años padeció algunas persecuciones. La otra vacante es la que dejó el Dr. José Manuel Del Campo, en febrero del 2024.
La Dra Bernal asumió cuando el Superior Tribunal de Justicia estaba integrado por cinco vocales, luego en el 2015 el órgano judicial se amplió a nueve miembros por ley N°5878.
La ex magistrada, de perfil bajo, al inicio de la pandemia en 2020 fue acusada por el ex gobernador Gerardo Morales de infringir normas sanitarias. En ese momento Bernal salió al cruce, y descalificó la versión que hizo circular el ex mandatario, la funcionaria judicial explicó la situación que atravesaban junto a otras personas que realizaban el aislamiento cumpliendo las disposiciones sanitarias.
Luego, en ese año fue la Dra. Bernal que sostuvo con firmeza la decisión de suspender la aplicación Simmov (scaneo de DNI) en el marco de la emergencia sanitaria, y le recordó al poder ejecutivo sus facultades, que no deben inmiscuirse en los otros poderes del estado.
Actualmente el alto cuerpo está integrado por el presidente Ekel Meyer, los vocales: Federico Otaola, Sergio Jenefes, Laura Lamas González, Mariano Miranda, María Eugenia Nieva y Martín Francisco Llamas.
Lluvias de juicios políticos a cortesanos
Vale recordar que desde el 2015, el Superior Tribunal de Justicia hoy llamado Suprema Corte de Justica tras la reforma de la Constitución ha sido muy cuestionado por falta de independencia del poder judicial.
A pesar del encuentro de jueces en Maimará, para fortalecer el liderazgo y el bienestar en el ámbito judicial, no hay estado de derecho en Jujuy. Desde la persecución judicial a opositores en diciembre de 2015 como Milagro Sala, y otros tantos dirigentes ha demostrado el deterioro institucional del máximo tribunal.
Los hechos que marcaron la entrada y salida de cortesanos desde el 2015 han sido un escándalo desde el inicio de la gestión de Gerardo Morales.
La primera mujer que asumió como presidenta de la Suprema Corte fue Clara Langhe de Falcone en el 2015. Ella ya integraba el alto cuerpo junto a: Sergio González, Manuel del Campo, María Silvia Bernal, Clara Aurora De Langhe de Falcone, Sergio Jenefes. Hoy de ese cuerpo solo queda Jenefes.
En el 2015 asumieron los diputados radicales Pablo Baca y Elizabeth Altamirano que votaron la ampliación del Superior Tribunal y asumieron como jueces.
Falcone fue desplaza después de haber asegurado que “no permitiría que Milagro Sala quedara libre”, los integrantes del STJ aprobaron por unanimidad su desplazamiento. Baca, sucedió a Falcone en 2019 en la presidencia del alto tribunal y cuatro meses después renunció por un escándalo, denunciado por abuso.
De forma meteórica, Ekel Meyer pasó a ser designado por Morales, en diciembre del 2020 como cortesano de justicia, coronando una carrera política dentro del Estado provincial paso por los tres poderes del estado. El supremo provincial en su currículum pesa el haber sido el encarcelador de Milagro Sala, además fue denunciado por otros hechos.
Otro escándalo, los nombramientos de los cortesanos, en agosto del 2022 asumieron los jueces del Superior Tribunal de Justicia (STJ): Mariano Miranda (apoderado de la UCR, fiscal de Estado), María Eugenia Nieva (diputada de la UCR) y Martín Llamas (apoderado del PJ, funcionario del ejecutivo) cubriendo las vocalías tras las renuncias forzadas porque danzaban juicios políticos a: Clara Langhe de Falcone, Beatriz Altamirano y Sergio González.
Juraron los sucesores de esas vocalías, entre tanta polémica y antecedentes políticos, la ley de paridad de género no se cumplió en el alto tribunal. Además, los cortesanos no son garantías de justicia solo garantizan acuerdos políticos en una provincia atravesada por la corrupción.