La caída de la imagen de Gerardo Morales y que se tradujo en la primera derrota electoral desde que asumió como gobernador tuvo 2 protagonistas: las comunidades indígenas y la docencia, siendo esta última perjudicada por una medida administrativa: el gobierno de la provincia modificó la fecha del feriado del lunes y lo trasladó de forma arbitraria al jueves.
Sobrepasando sobre sus facultades, el Ejecutivo dispuso el cambio del día de asueto decretado por el gobierno nacional por la conmemoración del fallecimiento de San Martín. Mientras que el feriado se dispuso para este lunes, en Jujuy la fecha fue trasladada para el jueves, aunque sólo parece afectar al sector docente.
Fue el 15 de agosto, que el Ministerio de Educación, a través del Área de Supervisión de Educación Secundaria de Región I informó a directores de colegios secundarios, polimodal, técnicas y agrotécnicas el cambio de la fecha del asueto. En la planilla entregada detalla que los feriados del 17 y del 23 se trasladarán al 24 y al 25. Es decir, también cambió el asueto por el Éxodo Jujeño.
Frente a esto, docentes manifestaron su malestar, puesto que la medida termina por perjudicar al sector.
Los docentes secundarios tienen horas en cada escuela y en días distintos. Casi no están en la misma escuela ni trabajan todos los días. Hay docentes que trabajan lunes y martes y no trabajan jueves o viernes. Esta notificación les anula los feriados y les obliga a trabajar en días feriados. Violando estatuto docente y otras normativas y sin el pago doble correspondiente”, expusieron.
Y cuestionaron “¿tiene Morales facultad para cambiar de día un feriado nacional?, NO LO TIENE. NI LO DEBE HACER”.
Lo cierto, es que desde que se conocieron los resultados de las PASO (en las cuales el líder radical competía la interna como precandidato a vicepresidente y, que finalmente perdió contra Patricia Bullrich), el mandatario provincial descargó su enojo contra los sectores que desgastaron su imagen al conjunto de la sociedad -no sólo jujeña-. En el caso de las comunidades indígenas, nuevamente estas fueron víctimas de la represión en el corte de ruta de Purmamarca. El lunes, efectivos policiales avanzaron contra comuneros y comuneras que se encontraban al costado del camino. El operativo incluyó la quema de la wiphala que habían izado, de las carpas que habían erigido para el descanso y la cocina, además de pertenencias personales.