La primera audiencia por el juicio por el supuesto robo y destrucción de un expediente judicial y que tiene entre los acusados a Milagro Sala, dio un giro inesperado tras el testimonio de uno de los testigos de la propia fiscalía: acusó a Sergio Lello Sánchez de ofrecerle trabajo y dinero a cambio de mantener la acusación contra la lideresa.
En una jornada extensa, el Tribunal en lo Criminal N°3, conformado por las juezas María Margarita Nallar -presidenta-, Carolina Pérez Rojas y Mario Ramón Puig debieron escuchar una amplia presentación de nulidades por parte de la defensa de los acusados: el abogado Alberto Bellido, Daniel Romero -empleado judicial- y Milagro Sala. Los planteos giraron en torno que es cosa ya juzgada -en 2012 se dictó el sobreseimiento total y definitivo para los 3 acusados-, a que el denunciante -Nelson Echenique- es secretario de una de las juezas, por lo que la magistrada debería haberse recusado al no garantizar objetividad y también cómo fue la obtención de las pruebas.
Pese a ello, el tribunal rechazó todos los planteos, por lo que se adelanta que habrá recusaciones en la Cámara de Casación del STJ de la provincia.
Sin embargo, fue el testimonio de un testigo de la propia fiscalía, que puso en duda todo el proceso: manifestó que el fiscal general, Sergio Lello Sánchez le ofreció trabajo y dinero a cambio de declarar en contra Milagro Sala.
Según indicó frente al tribunal, la oferta llegó por parte de un funcionario judicial que le preguntó “¿Queres ser secretario?”, a lo que el testigo le contestó “me gustaría” detallando que podría ocupar ese cargo con el fiscal Darío Osinaga, a quien ya conocía.
A cambio de ello, sumado a la promesa de recibir un dinero en consideración de su despido -se desempeñaba como empleado judicial- el testigo debía sostener su declaración contra Sala, Bellido y Romero.
Fue Joaquín Campos, secretario del fiscal Walter Rondón, uno de los funcionarios que le hizo llegar el ofrecimiento, pero todo ello a pedido del titular del MPA, el multi-denunciado Sergio Lello Sánchez.
Ante la negativa de prestarse a la maniobra, el testigo denunció que a partir de allí comenzó a recibir hostigamiento por parte de la policía: “me empezó a seguir la policía” declaró, además de manifestar que en varias oportunidades le tendieron “una cama”.
A pesar de ello, el testigo subrayó “me tendieron una cama, con el fiscal Sergio Lello Sánchez, pero yo no prendí a la corrupción”, es decir, negarse al pedido del titular del MPA.
Ahora, el tribunal deberá investigar la denuncia del testigo.