La semana pasada, el gobernador Gerardo Morales anunció un plan de reintegro del 50 por ciento en las compras realizadas con tarjeta de débito del Banco Macro en una reconocida cadena de supermercados jujeña. Lo que parece una medida para ayudar a la población, terminó siendo un gran negocio para unos pocos.
Hoy comienza a regir el plan de reintegro en las compras que utilicen tarjetas de débito. Con un tope de 2 mil pesos por mes y la devolución efectiva a los días. La medida, en medio de la campaña electoral, en la que Morales quiere renovar su mandato, fue criticada por la oposición por considerarla “demagógica”.
Sin embargo, no sólo se trata de una medida electoralista, sino que también esconde un negocio.
El economista Gastón Remy, quien además es candidato a diputado por el Frente de Izquierda (FIT), publicó en sus redes sociales un gráfico donde explica por qué los grandes favorecidos son la cadena de supermercados y el banco que accedieron a este “reintegro”.
El ejemplo
Remy ejemplifica que, en una compra de mil pesos, entre el gobierno, el banco y el supermercado debe pagar 166 pesos cada uno. El supermercado, al subir sus precios en un 10 por ciento de manera mensual, se “come” cien pesos del reintegro para aquellas personas que paguen con tarjeta de débito, y al mismo tiempo, licúa esos 66 pesos que le quedan por pagar, con el pago de los compradores que no utilizan este beneficio y deben pagar el aumento completo.
Por otra parte, en el caso del banco, quien destaca que Macro obtuvo un 107 por ciento de ganancia en el primer trimestre de 2019 en comparación con el primer trimestre del año pasado; apuesta a la compra de Leliqs (Letras de Liquidez) en el Banco Central, que tienen un 72 por ciento de tasa y vencen en 7 días.
La maniobra consiste en que el banco mientras retiene 10 días el monto de la compra efectuada, compra leliqs, y a los 7 días, recupera el dinero con un 72 por ciento de ganancia y así también licúa la parte que le toca pagar a la entidad bancaria.
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