Además de los casos de violencia, acoso sexual y laboral en el Ministerio de Trabajo, trabajadores revelaron ahora serias irregularidades administrativas, que incluyen empleados que cobran sueldos sin realizar tareas y empresas que no son controladas por conveniencias políticas.
Las inspecciones laborales tan temidas por empresas y comercios cumplen con un necesario control sobre el empleo en negro y el ambiente laboral en que se desempeñan los trabajadores jujeños. Pero según revelaron empleados, el Ministerio de Trabajo de Jujuy no controla a determinadas empresas en razón de las afinidades políticas de sus dueños con el gobierno.
Empresas como la de transporte de pasajeros Xibi Xibi o Limsa de recolección de residuos serían intocables.
Entonces en la administración pública el control de los derechos laborales de los trabajadores se vuelve un trámite cuando toca intereses del poder político.
La gestión 2015 transformó al Ministerio en una oficina de "control " para que los personajes políticos no sean tocados, mientras los empleados saben que deben cumplir con las leyes, reglas y sobre todo aquellos profesionales comprometidos para que las relaciones laborales patrón- trabajador sea mejor.
Después de 4 años empleadas se animaron a revelar el maltrato y acoso laboral que sufren como así también irregularidades en el cumplimiento de la tarea de ese Ministerio y otras administrativas.
Una empleada golpeada, humillada, violentada y robada en una situación vulnerable hizo la denuncia. Su valentía despertó al resto para sumar testimonios.
Asimismo, en abril de este año, había 5 mujeres que iban a denunciarlo al ministro por acoso sexual, y según indicó una de las víctimas, solo ella se animó a llevarla a cabo, dado el clima de hostilidad que se vive, aún cuando en sus compañeras se observa en sus conductas el daño psíquico que producen las conductas de acoso que se producen de manera reiterada y sostenidas en el tiempo. Según relata, entre los hechos más espantosos señaló que el ministro les pasaba “la lengua por la boca a algunas de sus secretarias cuando las iba a saludar, o las besaba en el cuello sin ser esto consentido por las mismas, pero, aceptándolo para no sufrir los malos tratos de su parte luego, ya que maltrataba y no quería firmar expedientes que manejaban las mismas”.
Sobre estas denuncias, se creen que son más las mujeres afectadas por acoso sexual, pues como manifestaron trabajadores de allí “es moneda corriente la frase ante una solicitud d una trabajadora de decir queres eso vos, ya sabes que tenes que hacer”.
Una de las empleadas también manifestó “los malos tratos constantes, los gritos, las humillaciones, el acoso, la persecución y la impunidad con la que se manejaron estos 4 años y la correlativa confirmación del ministro en el cargo generaron que algunos pudiéramos romper el silencio pero otros trabajadores se encuentran muy afectados y sumidos en el miedo, lo cual los paraliza todavía”.
Nepotismo sin fin
En la misma línea, los funcionarios de Cabana Fusz con parentesco alguno también incurren en conductas de abuso de los recursos económicos y ni hablar de los humanos. Entre ellos, el hijo, Fabricio Cabana Fusz quien se desempeñaba como Coordinador General del Ministerio, la esposa de este último, Agustina Mulqui, subsecretaria de fiscalización de Buenas Prácticas y Relaciones con la Sociedad Civil, la hermana de ella, jefa de Recursos Humanos, igual de violenta que su hermana, quien no es funcionaria pero no cumpliría horarios, asistiendo en general, a las 10 horas a trabajar y retirándose antes, teniendo el beneficio de dedicación exclusiva por lo que cobra el 150% de lo que debería cobrar, entre otros adicionales.
También está María José Chara, amiga de Agustina y de Tulia Snopek, además de ser la esposa del concejal Leandro Giubergia. En la misma situación también se puede nombrar a el ex yerno del ministro Juan Baigorri, Coordinador General de la Secretaria de Empleo Público, quien no cumple horarios pero cobra igual. Como asesora legal en el sector de despacho se encuentra Yasmin Aon Cabana, sobrina del ministro, quien fue la persona que no dejaba entrar a nadie a la oficina de Agustina Mulqui cuando se escuchaban los gritos de la empleada agredida y privada de su libertad en una oficina pública.
La corrupción genera ocultamiento de gastos, desmanejos de fondos y trámites laborales.
Según señalaron trabajadores de esa dependencia, las inspecciones laborales que tramitan expedientes, donde empleados denuncian violencia física, psicológica y verbal en entrevistas serían archivadas cuando van contra los empresarios amigos.
La empresa de limpieza perteneciente a Rubén Rivarola presidente del PJ, legislador provincial y dueño de otros grandes emprendimientos, sería uno de esos casos. Uno de sus empleadores fue denunciado por acoso y abuso sexual por una de sus trabajadores en el año 2015 y la solución fue el despido de las denunciantes y el traslado del agresor. Ante la ausencia de acción y el cajonamiento de las denuncias a la empresa es que en este año se reiteran 2 denuncias hacia el mismo sujeto, generándose a partir de las mismas una serie de artimañas y excusas para no realizar la inspección a la misma. Empresas como esta no serían tocadas por el poder que concentran.
Lo mismo ocurriría en la empresa Trame, dedicada al transporte sobre ruta, que también pertenece al legislador Rivarola.
Otra empresa encubierta es el Colegio de Técnicos, por amiguismo con el presidente del colegio Raúl Vega, quien ante las denuncias, contó que Fabricio Cabana Fusz, hijo del Ministro, le dijo que los despida a todos los denunciantes.
Pese a que la misión del ministerio es cuidar el trabajo de los ciudadanos, los constantes abusos de todo tipo, parecen ser moneda corriente
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