Este 2021 es un año electoral y con un mandato bajo el brazo, Gerardo Morales vuelve a utilizar estrategias para acaparar los votos de la ciudadanía y así lograr la mayoría en las bancas de la Legislatura, para ello, de manera velada, inició una campaña con el lanzamiento de programas junto a funcionarios, pero se trata en realidad de políticas públicas pensadas y financiadas por el gobierno nacional.
Fue ayer que el gobernador se hizo presente en la localidad de Pumahuasi para presentar el “Operativo Puna Norte 1”, programa que entregó herramientas, módulos de alimentos y ropa de abrigo a las comunidades indígenas de allí, como así equipamiento a las comisiones municipales de la zona.
Sin embargo, este operativo no es más que la aplicación de los programas Potenciar Trabajo, Salario Social Complementario y Hacemos Futuro, programas del gobierno nacional, que Morales dice implementar sin siquiera conceder el reconocimiento a quien los diseña, implementa y financia.
A esto se suma la entrega de Tarjeta Alimentar por parte del Ministerio conducido por Natalia Sarapura, que, aparece siempre cerca del mandatario provincial y en todas las fotos oficiales.
La presencia en los actos oficiales de Sarapura parece que no es casual. Cabe recordar que en las elecciones pasadas, la ministra de Desarrollo Humano ocupó el segundo lugar en la lista de candidatos/as a diputados/as nacionales, lista que encabezó Jorge Rizzotti.
Los resultados electorales no fueron los esperados y fue la lista de Carolina Moisés la que se impuso, logrando 2 bancas en la Cámara de Diputados de la Nación (entró Moisés y Julio Ferreyra) y el radicalismo sólo una que pasó a ocupar Rizzotti.
La visibilidad de la ministra difiere mucho de su gestión frente a la cartera de Desarrollo. Desde hace meses -y años- referentes de comedores y merenderos de la provincia denuncian sistemáticamente la falta de actualización del monto entregado por el ministerio para cada niño/niña que asiste, siendo este hasta la fecha de $14,20.
Asimismo, en cada movilización, la ministra nunca atiende los reclamos, sino que deriva los encuentros a personal que no tiene el poder de definir una política concreta.
Pero la entrega de módulos de alimentos y productos de higiene no fueron las únicas.
También se repartieron herramientas y equipamiento, todas pertenecientes al programa Potenciar, que “consolidan la labor productiva para garantizar la alimentación”, expresó Sarapura.
Los dichos de la ministra están muy lejos de las políticas que realmente aplica el gobierno de Juntos por el Cambio en Jujuy.
El caso del cierre de Mina Aguilar es un ejemplo de ello, ya que el gobierno de Morales mantuvo una posición pasiva en la mesa de negociación, donde la empresa multinacional finalmente impuso su decisión del cese de la actividad y la gestión Morales enarboló como supuesto logro la doble indemnización -que rige hasta fines de enero por decreto presidencial- pero condenó a los mineros y a sus familias al desempleo y la falta de ingresos.
Eso sin contar que en un futuro El Aguilar se convertirá en un pueblo fantasma por decisión de la multinacional Glencore y con la complicidad de un gobierno que solo satisface intereses económicos y no defiende los derechos de los trabajadores. El Aguilar y el ingenio la Esperanza dan muestra de la ineptitud de Morales.
Las “viejas apropiaciones” de Morales
No es nuevo que Gerardo Morales, ante una gestión deficiente, deba recurrir a la utilización de obras y/programas emprendidas por otros u otras.
El caso más emblemático es el de la Tupac Amaru. Sí, pese al rechazo categórico que el gobernador mantiene con Milagro Sala, las obras iniciadas y concluidas por la organización que erigió la dirigente social, le valió sumar en su hoja de “logros” un par de lanzamientos.
En marzo de 2019, a 3 meses de las elecciones desdobladas, Morales inauguraba el CEPAM “Centro Provincial de Adultos Mayores) en el edificio central donde funcionaba la sede de la Organización Barrial Tupac Amaru.
Repintando su fachada y borrando los símbolos de la Tupac Amaru, Morales se hizo de un edificio de forma gratuita.
También ocurrió lo mismo con el Parque Acuático de Alto Comedero en 2018. Tras haber clausurado el lugar, Morales retomó la actividad, adjudicándose el logro, aunque fuera obra de la organización barrial.
Sólo por mencionar 2 casos.
Para muestra sirve un botón indica el proverbio popular y Morales vuelve a hacerse a adjudicarse obras y gestiones ajenas.
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