La ministra de Educación de la provincia, Isolda Calsina, cumplió con el plazo estimado por la Oficina Anticorrupción para presentar su declaración jurada, y de la misma se desprende que la funcionaria cobró en 2018, un salario neto de 88.111 pesos, muy lejos de los casi 8 mil que cobra un docente de grado que recién se inicia en la actividad.
Según se puede consultar en la página de la Oficina Anticorrupción (OA), las declaraciones juradas de la ministra no varían mucho de un año al otro en lo que respecta las propiedades que posee (una casa en Yala, otra en San Salvador de Jujuy, al cual le pertenece el 33 por ciento; además de 3 lotes también en Yala de propiedad absoluta, más otro en Humahuaca con un 50 por ciento de participación).
Sin embargo, en lo que respecta a los ingresos declarados, Calsina informaba en 2017 que su ingreso anual neto, correspondiente a su cargo de ministra, ascendía a los 845 mil pesos, es decir, unos 70.416 por mes. Para el año siguiente, 2018, el ingreso total se incrementó a un poco más de un millón de pesos (1.057.333). Es decir, por mes, la titular de la cartera de educación, cobró unos 88.111 pesos.
Si bien el incremento de un año y otro podría no considerarse exorbitante, serían unos 17.416 pesos más por mes, lejos está del sueldo promedio que cobran los docentes.
Tomando como referencia a un sueldo básico para la actividad docente de 14 mil pesos, se concluye que el sueldo de la ministra es 6 veces más abultado que el magro sueldo docente.