Sesiona la Legislatura jujeña y determinará el horario en que Sadir de su primer discurso como gobernador

Después de casi 3 meses de inactividad, la Legislatura jujeña nuevamente volverá a sesionar, aunque se tratará de un encuentro más bien para cumplir con las normativas del cuerpo, ya que no habrá debate sobre ningún proyecto de ley, sino que le pondrá horario a lo que será el primer discurso de apertura de Sesiones Ordinarias como gobernador por parte de Carlos Sadir.

La convocatoria está pautada para las 10 de este jueves, en la cual además los bloques partidarios también tendrán la tarea de designar los integrantes de las comisiones permanentes, como así también los días y los horarios de las sesiones para el periodo ordinario.

En lo que respecta a la ceremonia de Apertura del 163º periodo ordinario, el mismo se llevará el 1º de marzo, tal como lo plantea la nueva Constitución reformada de la provincia, es decir, un mes antes de lo que venía ocurriendo hasta antes de los cambios en la Carta Magna jujeña, donde la misma se disponía para el 1º de abril.

De esta manera, desde marzo el parlamento ya estará habilitado para discutir proyectos, por lo que se espera que este año, la Legislatura tenga más actividad que en 2023, que estuvo marcado por los procesos eleccionarios y la reforma parcial de la Constitución, por lo que el parlamento jujeño tuvo menos de una veintena de sesiones entre ordinarias, extraordinarias, especiales y una preparatoria.

Asimismo, la Legislatura, las pocas que se reunió fue a pedido del Ejecutivo: los 8 años de Gerardo Morales como gobernador, dentro del recinto se caracterizó por el poco puñado de voces de disidentes, la salida de la legisladores de la izquierda (que perdieron las bancas en 2021 pese a haber superado el 5% del piso y gracias a la estrategia del oficialismo de desacoplar las elecciones provinciales de las nacionales, en medio de la pandemia), a lo que luego se sumó la salida de diputadas y diputados del peronismo que no comulgaban con Rubén Rivarola y que terminó por convertir a la Legislatura en una sala de escribanía, donde todo proyecto del Ejecutivo resultaba aprobado, el caso más ejemplar fue con la polémica reforma parcial de la Constitución: el oficialismo necesitaba 32 votos para aprobar el proyecto, pero tenía 31, días antes de la sesión donde debía diputados y diputadas debían reunirse para aprobar o rechazar la aspiración de los cambios en la Carta Magna, el PJ lanzaba un documento donde manifestaba que no era el momento indicado para hacer esto. La historia que siguió ya es conocida: Fernando Posadas se desmarcó de lo indicado por el partido peronista y levantó la mano a favor del proyecto del Ejecutivo.

Siendo sus últimos meses como legislador, Posadas fue señalado por sus pares de traidor, Rubén Rivarola, como presidente del partido indicaba por aquel entonces que iba a ser expulsado, medida a la cual Posadas se adelantó renunciando, aunque siguió en su banca. Meses después, más precisamente en diciembre, en un discurso de despedida al concluir su mandato, Rivarola saludaba a Posadas, dejando así en claro la manifiesta sociedad que mantuvo con el oficialismo.