Vigilar, castigar y endeudar: el tratamiento Morales para el coronavirus

Este periodo de aislamiento social al que nos vemos obligados para evitar la propagación de una enfermedad cuya cura es desconocida se ha presentado y hasta promocionado como una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades y capacidades que tal vez ya habitaban en nuestro ser más profundo pero desconocíamos.

Una extensa profusión de recetas, consejos, tutoriales y clases on line, comenzó a acechar nuestra tranquila y cómoda existencia rutinaria. Al alcance de un click nuevos mandatos se le ofrecieron a la elección del sujeto neoliberal (¿pos?) moderno sometido al precepto constante de proponerse y enfrentar cualquier nuevo desafío, excepto el de encontrarse con el vacío, no hacer nada y vivir la angustia del propio ser.

Pero el ser y la nada no son precisamente las preocupaciones existenciales que pueden invadir el seno de los sujetos que conducen el destino de muchas personas.

Enfrentados al crudo devenir de la pandemia de coronavirus y sus posibles consecuencias apocalípticas para la población, muchos no tuvieran otra opción más que movilizar recursos internos y encontrar nuevas capacidades para capear este temporal.

Podríamos aventurar que uno de ellos encontró que la profesión de contador con su exigente apego a la exactitud de los números y a la confección de balances con cuentas que deben cerrar equilibrando activos y pasivos ya no era lo suyo.

Descubrió en cambio, en este tiempo aciago, una naciente vocación por las performances comunicativas y una avezada capacidad para desarrollar e implementar con éxito legislaciones, reglamentos y en fín políticas sanitarias para el cuidado de la población, lo que no es poco.

Decir que Gerardo Morales como gobernador es un excelente ministro de salud es una exageración, pero los resultados de su gestión no dejan de abonar esa licencia del lenguaje.

Mientras el país registra 5776 casos de COVID 19 y 300 fallecidos, Jujuy registró 5 casos y ya lleva 37 días sin aparición de casos y sin circulación comunitaria. Un logro digno de reconocimiento.

Sin embargo su buen desempeño en el nuevo metié de youtuber y sanitarista del gobernador no puede hacernos olvidar los pésimos resultados en su administración económica y financiera de Jujuy que por primera vez en 22 años ha vuelto a desdoblar el pago de los sueldos de la administración pública.

Vigilar y castigar

Con “mano firme” y “los pantalones bien puestos”, para emplear alguna de las metáforas que legitiman el uso disciplinario y patriarcal del poder sobre la población, Morales implementó, con éxito y de manera temprana en relación al resto del país, el aislamiento social obligatorio para impedir la propagación del COVID 19.

A través de una amplia normativa plasmada en decretos y leyes se dispuso en Jujuy el cumplimiento de la cuarentena, con un color local punitivo y sancionatorio. Si algún ciudadano incumple con las disposiciones dispuestas para cuidar al propio ciudadano, es castigado con una multa o hasta arresto.

No podemos dejar de señalar cómo la idea de la necesidad del castigo, se naturaliza en la provincia porque que los jujeños “somos así”, “somos hijos del rigor”. Mientras en otras provincias la normativa para el aislamiento social, se impone apelando a la responsabilidad de los ciudadanos para su cumplimiento, sin tener a la sanción como amenaza ante la no observancia de esas normas.

Como ya sabemos, es “duro el coya”, y debe entender que “hay tabla” si no se subordina, para aludir a un meme ya clásico que también naturaliza la agresión.

Es necesario repetir, tanto para las disposiciones de la administración nacional como la provincial que esas medidas implican restricciones a los derechos constitucionales de los ciudadanos, y deben tener un carácter transitorio con la única finalidad de evitar la propagación de esta enfermedad.

Se trata de medidas de excepción, pero corremos el riesgo de que se conviertan en fines en sí mismos para una gestión de gobierno que busca controlar a una población y se pierda de vista que esas prohibiciones son sólo medios para evitar el contagio de una enfermedad.

Del mismo modo, las excepciones a las restricciones de derechos impuestas, no son concesiones sino restituciones de los derechos que como ciudadanos tenemos asegurados en la Constitución.

Sin embargo puesto a sacar agua de las piedras, es decir rédito político de donde se pueda, el gobierno provincial promociona como todo un logro, la habilitación de la circulación de las personas de acuerdo a su terminación de DNI, y la apertura de locales comerciales.

En todo caso es un logro relativo por comparación con las restricciones anteriores y con las que deben cumplir otras provincias. Pero no es una concesión gubernamental recuperar un derecho ciudadano que estaba restringido.

Partiendo “la población en dos”

Este gigante experimento de ingeniería social que estamos atravesando, con la imposición de nuevas reglas de juego acerca de nuestras propias libertades, incluye la necesidad de crear consenso para que esas reglas no sólo sean vistas como necesarias sino cómo buenas en si mismas.

Porque seamos sinceros, estar obligados a aislarnos de nuestros amigos, seres queridos, la naturaleza, amores y no poder movernos como deseamos no es un hecho positivo, es nada más y nada menos que necesario para no enfermarnos. Pero “lo bueno” y “lo necesario”, son cosas muy distintas, aunque comiencen a mezclarse.

Aparece un pensamiento hegemónico sobre la necesidad intrínseca de aceptar esas restricciones por “nuestro propio bien” y por el miedo a enfermarnos. Y de la mano de esa consciencia, se marca una línea, una frontera, entre quienes están adentro de ése régimen protector y quienes lo amenazan.

Para un gobierno como el de Morales que siempre ha empleado la polarización como forma de generar adhesiones de parte (y por definición, siempre será de una parte) de la población, la creación de fuertes líneas divisorias es intrínseca a su forma de gestionar. Y la polarización es también la forma de consciencia reinante entre sus adherentes.

De manera que ahora, los que quedan afuera de la línea divisoria del régimen protector son vistos como potenciales amenazas a la salud pública. Por ejemplo quienes quieren regresar a Jujuy: los trabajadores de temporada, los estudiantes, o cualquiera que incumpla con la cuarentena, más allá de cualquier circunstancia que podría ameritar su inobservancia.

“Voy a dividir la sociedad en dos”, confesó Morales, cuando dispuso la autorización –restitución parcial de derechos- para que los jujeños circulen de acuerdo a la terminación de DNI.

Ameritaría otro artículo en sí mismo el análisis de como los principales medios de comunicación provinciales contribuyen a esa polarización con noticias que apelan a la xenofobia contra los bolivianos, los constantes informes sobre incumplimientos de la cuarentena y la estigmatización de los trabajadores “golondrina” que como tales huyen de su encierro cuarentenal, según esas noticias. Se trata de personas y que trabajan mucho, no son animales por si hace falta aclararlo.

Yo te cuido: el panóptico jujeño

Un descubrimiento de la gestión de Morales: si un gobierno prohíbe algo, después puede permitir parte de lo restringido, obteniendo ganancia política, en vista de que en lo económico la administración hace agua.

Ahora bien, como el amante que “autoriza” y “cuida” a su pareja pero controla sus actividades con el celular, el término “cuidado” de la población también es ambiguo y ese permiso también tiene sus restricciones.

La difusión de la Aplicación Simmov, generó controversia por el avance que implica sobre las libertades individuales, la recopilación y empleo de datos personales, y la delegación por parte del estado del poder de policía que detentan esas fuerzas de seguridad.

Justo es decirlo también la Aplicación CuidAr del gobierno nacional está siendo y merece ser cuestionada por su obligatoriedad y capacidad de localizar a los ciudadanos.

En el caso de la Simmov, Sistema de Monitoreo Móvil,permite identificar a las personas , marcar su ubicación (aunque no geolocalizarlos) y describir su trayectoria en sucesivos controles, para hacer control epidemiológico, según anunció el gobierno.

Los cuestionamientos a esa tecnología se basan en que el decreto regulatorio, convertido en Ley 6168 , habilita a agentes sanitarios , promotores y cualquier persona que designe el COE a pedir el DNI a los ciudadanos y hasta aplicarles sanciones. Además el uso de la App es promovido por el gobierno entre comerciantes, con lo cual no se entiende como podría mantenerse la confidencialidad de los datos personales que según los funcionarios Simmov asegura.

En la última sesión de la legislatura, el diputado del PJ Emmanuel Palmieri observó “en los artículos 4 y 5 claramente hay una vulneración de los derechos constitucionales, a los pilares que hacen a nuestro sistema jurídico argentino y provincial” al permitir “que un civil tenga la posibilidad de la facultad de exigirle a otro civil la identificación, escanearlo, incluso hasta aplicarle una multa”.

“De repente el COE es un superpoder”, afirmó y “nos olvidamos de los jueces, nos olvidamos del sistema judicial o del poder judicial, nos olvidamos del derecho de defensa, del debido proceso, del principio de legalidad, nos olvidamos el principio de supremacía constitucional, de todas las normas y garantías de la Constitución, que todos los que estamos acá, nos comprometimos y juramos defender a rajatabla”.

Y además anunció que “vamos a interponer una acción autónoma de inconstitucionalidad en contra de este decreto acuerdo ratificado por ley, porque tenemos que estar a la defensa de los intereses de todos los jujeños”.

En el mismo sentido se expresó Juan Cardozo Traillou del mismo partido “El control de la población mediante una App del Gobierno de Jujuy que obliga a policías, agentes de salud, comerciantes y mozos a escanear los DNI de todos los ciudadanos es un exceso por donde se lo mire. Espero recapaciten, el derecho a la intimidada y a la privacidad de datos personales mantienen plena vigencia a pesar de la emergencia sanitaria”.

Sin embargo la aplicación ya está siendo usada en Jujuy, y muchos ciudadanos tienen serias dudas sobre la pertinencia de dejar escanear su DNI por cuanta persona autorice el gobierno.

El empleo de esta tecnología implica la implementación en Jujuy de un control excesivo sobre los ciudadanos, un control que es realizado por otros ciudadanos, es decir un control entre civiles fuera de cualquier lineamiento de un estado moderno que adjudica las tareas de seguridad exclusivamente a sus fuerzas policiales.

Por otro lado la posibilidad de elaborar con los datos personales de los ciudadanos un mapa de sus desplazamientos y actividades, más allá de que sean un caso sospechoso de coronavirus, convierte al estado en el poseedor de un saber sobre sus ciudadanos que excede las facultades de un estado democrático. El mensaje enviado es “sé lo que estás haciendo” o “puedo saberlo”, así que no infrinjas ninguna norma, el panoptismo hecho realidad por la tecnología.

La pesada herencia

Los aciertos ante esta crisis sanitaria del gobierno de Gerardo Morales contrastan duramente con su gestión económica. Podría ser un atenuante para ese balance el pensar que arrastra una “pesada herencia” de endeudamiento provincial, sino fuera porque ese legado lo originó el mismo en su gestión anterior.

Como decíamos, por primera vez en 22 años, la provincia comenzó a pagar los sueldos de estatales en dos partes.

Antes de devenir en sanitarista y mediático, en su anterior profesión de gobernador contador Morales no fue muy exitoso, y los malos negocios, léase Parque Solar Cauchari, junto a una mala administración de las cuentas públicas originaron que la provincia de Jujuy tenga un déficit constante de financiamiento y no pueda afrontar siquiera el pago de obligaciones como los sueldos de empleados públicos.

Decir que la crisis del coronavirus generó este déficit es faltar a la verdad, es cierto que lo agravó pero el presupuesto 2020 que se envió en noviembre del año pasado ya preveía un falta de 5000 millones de pesos en las cuentas del estado.

Sólo en las últimas semanas el gobierno logró que la Legislatura autorice unos 11500 millones de pesos de endeudamiento pero aún así no pudo completar el pago de sueldos.

La deuda de Jujuy es escandalosa por la suma de la que se habla, y aunque nunca  fue clarificada por la gestión de Morales , rondaría los 150 mil millones de pesos, de los cuales el 80 por ciento está en dólares. Para la consultora Standard and Poors es directamente incobrable  con un déficit del 1,2 % del Producto Bruto Geográfico.

Pero igual de escandalosas son las maniobras del oficialismo en la legislatura para lograr más endeudamiento –con apoyo de parte del peronismo- sin rendir cuentas a la población del destino real de los fondos de la deuda pasada ni de la nueva a contraer.

En la semana pasada el oficialismo en un acto de ilegalidad, para ellos una jugarreta, porque no respetan las instituciones, aprobó un proyecto para modificar un cuadro del anexo del presupuesto sintético 2020.

No es la primera vez, que el oficialismo juega peligrosamente con las instituciones sin respetar el reglamento parlamentario, y subestimando a los jujeños.

El endeudamiento de 5500 millones que constaba en la tabla anexo fue modificado para incorporar 6000 millones para esta parte del año con el supuesto fin de paliar la pandemia.

Finalmente, con esas jugadas legislativas, en las últimas dos semanas Jujuy tomó una deuda de 11.500 millones de pesos que se distribuirían según el oficialismo en proyectos productivos para reactivar la economía: PISEAR,  PROCANOR y  GIRSAR.

La oposición una vez más puso el grito en el cielorraso del recinto parlamentario para que rinda cuenta el gobierno sobre la deuda pública, los créditos internacionales, los proyectos fantasmas millonarios sin obtener respuesta.

El gobierno se escuda en que los créditos se usarán para pagar sueldos y con destino al cuidado de la salud pero esa buena intención no se detalla en ningún lado, esos gastos siguen sin ser auditados y la gente desconoce el destino de la enorme deuda jujeña.

Circula en redes sociales una broma: la crisis sanitaria del Coronavirus; le sirvió a Gimnasia de Jujuy para no descender y a Gerardo Morales para que los jujeños nos olvidemos de su muy mala gestión económica. Lo dijo Freud: el humor siempre revela algo de verdad.