Impuesto a los más ricos: la propuesta de Alberto Fernández para redistribuir los ingresos

Mientras que el gobierno de Mauricio Macri llamó a la clase media y a trabajadores a hacer un esfuerzo para pagar los tarifazos, mientras que por otro condonaba deudas millonarias a distintas empresas, su principal oponente en las elecciones de octubre, Alberto Fernández optó porque el esfuerzo provenga de los sectores más acaudalados.

Es que luego de visitar a Evo Morales la semana pasada, el candidato del Frente de Todos consideró una opción para recaudar fondos para el Estado, tomando como ejemplo la política tributaria del mandatario boliviano, donde se gravó con un índice mayor a los sectores con mayores recursos económicos para poder equilibrar las cuentas del país.

Sobre ello, Alberto Fernández destacó que Bolivia “con un régimen impositivo que grava más severamente a los más poderosos, Bolivia logró equilibrar las cuentas públicas y también consiguió mayor equidad en la distribución del ingreso".

Así, el candidato a presidente coló en la discusión el sistema tributario argentino, de carácter regresivo, donde pagan lo mismo las familias con menores recursos (que destinan la mayor parte de sus ingresos a pagar impuestos) que las familias con alto poder adquisitivo (que dedican una pequeña parte de sus ingresos a pagar los gravámenes), y por ello, se dice que es regresivo.

La discusión, también se produce por los beneficios que le otorgó el oficialismo nacional a los sectores más acaudalados de la sociedad argentina a “sincerar” (es decir, blanquear) 116 mil millones de dólares que tenían en el exterior y que no tributaban en la Argentina.

Para Fernández, el cobro de un “impuesto para los más poderosos” sería una solución para reducir el déficit fiscal argentino, a partir de impuesto al patrimonio de millonarios”, que actualmente pagan el impuesto a los Bienes Personales y que recauda “montos obscenamente bajos" indicó.

Según consignó un medio porteño, la posibilidad de llevarse a cabo el cobro de este impuesto puso en alerta especialmente a quienes entraron en el blanqueo que culminó en abril de 2017.

Es que el blanqueo permitió declarar la cifra cifra récord de 116 mil millones de dólares, y de ese total, el 77 por ciento, fueron cuentas e inversiones. Aun así, la ley les permitió a quienes poseían las cifras millonarias, fue la de mantener el patrimonio declarado en el exterior, es decir no hacía falta repatriar los capitales.

Además, el Gobierno bajó la alícuota de Bienes Personales al 0,25% anual. Pero menos de un año después, la reforma tributaria impulsada por Nicolás Dujovne volvió a subirla al 0,75%, su nivel actual, y por ello, Alberto Fernández lo catalogó como “irrisorio”.

De esta manera, aquellas personas que posean un patrimonio valuado en 1,2 millones de pesos, ya se estaría dentro de la base imponible. Es decir que el impuesto lo pagan quienes poseen bienes por más de 20.000 dólares.

Se trata no sólo de conseguir nuevas fuentes de financiamiento para el gasto público, sino también dar una señal a su base electoral. El mensaje que hay detrás de esta iniciativa es el siguiente: estamos en crisis y los "ricos" deben hacer el esfuerzo para ayudar a los pobres.

Advertidos por este impredecible cambio en las reglas de juego, son muchísimos los que ahora se arrepienten de haber ingresado en el sinceramiento fiscal. Los estudios de contadores y asesores tributarios que ayudaron en el proceso de blanqueo, ahora reciben decenas de consultas a diario para ir en sentido contrario, es decir dar marcha atrás y quedar menos expuesto a una excesiva presión tributaria sobre los activos declarados.

La propuesta no es nueva. Sergio Massa, pieza clave en el Frente de Todos, ya lo había hecho como diputado del Frente Renovador la posibilidad de aplicarle un impuesto diferencial a las cuentas en el exterior. Sin embargo, la proposición no fue tomada en cuenta, pues se la consideró que el impuesto debía aplicarse en forma equitativa, no importa si los bienes se mantienen dentro o fuera de la Argentina.

Son numerosos además los argentinos que en las últimas semanas decidieron viajar a Uruguay para abrir cuentas no declaradas en ese país, cuando la mayoría se había cerrado en 2017.

Sin embargo, el proceso de revertir bienes sincerados resulta muy complejo o requiere de decisiones extremas: algunos argentinos optan por volverse residentes en otros países para dejar de tributar en el país (Uruguay, Paraguay y Estados Unidos son los destinos favoritos). Pero eso requiere demostrar que efectivamente se está viviendo allí por lo menos seis meses por año. Existen otros mecanismos más sofisticados y legales, pero sólo al alcance de las grandes fortunas.

Fuente: iprofesional.com