De traiciones y otros demonios: Rivarola pidió la cabeza de Moisés

La intervención del PJ es una olla a presión entre los declarados peronistas, kirchneristas, justicialistas los de antes, los de siempre.

El rol de la senadora Carolina Moisés tras su voto afirmativo al RIGI sacudió las lealtades de las y los jujeños que la votaron. Una serie de modificaciones en el proyecto, no obstante, mantiene, a grandes líneas, el espíritu entreguista del texto original.

Los intereses personales parecen que pesaron más que defender la Patria y los derechos de las personas en su conjunto. ¿Es así la política?: no. La política es para construir para la sociedad, mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

Los cierto es que, en horas, la senadora de Unión por la Patria se convirtió en carne de cañón en redes sociales, comentarios televisivos, radiales que interpelan su voto afirmativo. Las justificaciones y respuestas por redes que intentó hacer Moisés son insuficientes, su voto es considerado una traición.

Habrá que escucharla porque leerla no convence y trae recuerdos de otros personajes similares que han sido cuestionados por votar “leyes” contra el pueblo. Sin más ni menos, se recuerdan los oficios de la Banelco en el menemismo.

Y no faltó la hipocresía de algunos “leales” que no dudaron en alinearse con la postura del presidente del bloque del PJ en la Legislatura provincial, el diputado Rubén Rivarola, quien cuestionó la lealtad de la senadora, esa misma que fuera su candidata a vice gobernadora en las elecciones de mayo de 2023. Socios con pactos políticos electorales.

Hay que recordar que esas elecciones generales, además de renovar la conducción del Ejecutivo y la mitad de la cámara provincial, también se convocó a elegir a convencionales constituyentes para la otrora Reforma de la Constitución, esa nueva Carta Magna que destrozó la Constitución de la Provincia de 1986 y que sólo fue para legalizar los proyectos del ex gobernador Morales.

Esa reforma inconsulta que, a días de cumplir un año de su sanción, sigue siendo un hecho perverso para los jujeños. Las heridas siguen abiertas, el dolor regresa en las palabras de las víctimas. Cientos de heridos, detenidos que a la fecha siguen con causas armadas, estigmatizados con miedo a ser encarcelados. Esa Reforma que se sancionó a puertas cerradas, inconsulta el 20 de junio fue la misma foto que se vio en el Congreso de la Nación el martes pasado cuando senadores trataban la ley de Bases.

La salvaje represión fue sistemáticamente la misma que vivimos en Jujuy: operativo policial desproporcionado, policías infiltrados, autos incendiados, inhibidores de señal, detenidos, heridos en la cara. El marco de una democracia lastimada, donde se gobierna sin consenso. Ese fue el escenario y los senadores que cedieron a los libertarios tendrán su argumento, pero su banca es del pueblo, del justicialismo que no les hace gala.

Por estas horas, el peronismo de derecha enquistado en Jujuy pide “sanciones” a la senadora de UxP, más precisamente el rivarolismo, que es socio del ex gobernador Morales, que nunca fue oposición y que viene hace 30 años ocupando bancas para nutrir a sus negocios. ¿Eso es política? No, señor. Eso es vivir del Estado, enriquecerse con la plata del Estado. Ese mismo Rivarola que se autodesignó presidente del bloque del PJ cuando renunció Facundo Figueroa a la banca, porque todo estaba arreglado. Todo es de manual. Ese bloque de legisladores que solo obedece y nadie le cuestionó a Rivarola la presidencia.

Los hechos hablan por sí solos: Rivarola fue quien designó a Federico Posadas como diputado provincial del PJ (MC). Posadas fue el legislador del peronismo que levantó la mano para dar acuerdo a la Reforma de la Constitución, aún cuando el partido había expresado su rechazo. Posadas nunca fue sancionado por el PJ, tampoco ninguno de los convencionales constituyente que, comandados por Guillermo Jenefes presidente del bloque, le concedieron la aprobación de la Reforma al radicalismo. Jenefes, al igual que Rivarola, basó su carrera política con la misma lógica de negociados personales. Tampoco hay que olvidar que, durante su paso en el Senado, también votó leyes en contra del pueblo.

Después de la gran traición del PJ a las y los jujeños con una Reforma a la medida de Morales, ¿pretenden cuestionarle a Moisés lealtad?

En un comunicado del PJ, el último párrafo dice “la Senadora Moisés desde su banca perteneciente al Peronismo jujeño actuó en contra de todo el Movimiento Nacional Justicialista, violando el voto popular que le dio nuestro pueblo, acto inadmisible que jamás avalaremos y por lo cual intercederemos ante las autoridades partidarias necesarias para que se tomen las medidas correspondientes”.

Rivarola y su peronómetro desequilibrado quiere recuperar el sello partidario de nuevo para pergeñar las elecciones del 2025, aunque el PJ solo se recuperará cuando aparezcan nuevas dirigencias, cuando militen por una causa noble como es la justicia social, cuando logren tener conducción y un líder, principios alejados del peronismo jujeño actual, que se encuentra intervenido por segunda vez consecutiva, donde los apellidos son los de siempre. 

Si fuera poco el escandaloso escenario del PJ, se suma la crítica de Santiago Hamud, con un escrito “Roma no paga traidores”. El ahora secretario de la CTA Jujuy, que viene traicionando a diferentes organismos de derechos humanos, a la Tupac Amaru, al Partido Comunista, a otras organizaciones sociales y dice inescrupulosamente: “Moisés nos traicionó”.

El joven dirigente, aliado a Rivarola, en una parte de un comunicado dice: “exigimos a las autoridades partidarias nacionales que tomen cartas en el asunto y que llamen a elecciones internas de manera urgente. No puede manejar la llave del partido justicialista de Jujuy quién vota con los libertarios por la entrega de nuestra Patria”, un párrafo que obedece y pertenece a su jefe Rivarola.

Está visto que el PJ jujeño no tiene conducción desde el 2013 y viene en caída libre. Los ilustres de siempre buscan liderar un partido corrompido por interés particulares.  De la traición no se vuelve.