*por Rodrigo Quiroga
“Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”
Simón Bolivar
El escenario que vive hoy la provincia, bajo un gobierno que no responde a los principios del estado de derecho, ni la democracia, estaba prefigurado en la reforma constitucional que impulsó Gerardo Morales y logró aprobar con sus socios comerciales del Partido Justicialista.
Hoy los ciudadanas y ciudadanos de Jujuy no pueden manifestarse ni opinar libremente porque corren el riesgo de ser detenidos ilegalmente,y puestos a disposición de una justicia parcial, a la espera de que alguna instancia judicial, algún día les restituya los derechos consagrados por la Constitución Nacional.
Bajo las arcaicas figuras legales de los delitos de “sedición”, la policía y la justicia de Gerardo Morales salió a cazar a quienes se manifestaron contra su reforma. Pero fundamentalmente a quienes piensan distinto, expresan y difunden públicamente su repudio a la reforma constitucional que convierte a las y los jujeños en ciudadanos de segunda. Esta semana se produjo la detención de al menos 9 personas, acusadas sin pruebas de producir desmanes en manifestaciones de San Salvador y Humahuaca entre unas 40 que tienen pedido de captura. Entre ellos referentes de comunidades originarias, docentes secundarios y universitarios, trabajadores municipales y ciudadanos que salieron a protestar.
La detención del abogado Alberto Nallar condensó en un sólo acto el proceder de una tiranía: el letrado concurrió a manifestaciones de originarios, sindicatos y protestas en las rutas explicando en detalle porque la reforma de Morales es inconstitucional de fondo y procedimiento de acuerdo a los cánones de la Carta Magna Nacional. Entonces en un acto “ejemplificador” la justicia de Morales ordenó su detención. Un acto de censura y privación ilegítima de la libertad, típico de cualquier gobierno autoritario.
El mensaje de Alberto Nallar desde su detención domiciliaria
Los pedidos de detención alcanzaban a abogadas y abogados que defienden a comunidades originarias, a detenidos ilegalmente y otros que difundieron sus opiniones jurídicamente sostenidas contra la reforma constitucional. Un oportuno hábeas corpus preventivo logró parar esas detenciones. La conclusión es una sola. Hoy en Jujuy hay un gobierno autoritario, que no respeta el estado de derecho , y donde te detienen por pensar y opinar distinto.
No hay más vueltas que darle, Gerardo Morales ha instalado en la provincia una tiranía , donde no rige el estado de derecho ni las garantías constitucionales que la Constitución Nacional asegura al resto de las y los argentinos.
Hoy en día el enemigo del aparato de violencia que monopoliza el estado, son los propios ciudadanos que expresan su disidencia con la reforma que les quita derechos. Es un enemigo interno, como en la dictadura militar, contra el cual se despliega violencia institucional: se hace inteligencia sobre los ciudadanos, se los amenaza, acosa, persigue y violenta por medio de una policía que actua con métodos ilegales . Eso se llama terrorismo de estado. El gobernador y sus seguidores tendrán que dar cuenta de sus actos en algún momento, el pueblo no lo olvidará.
Como se construye un tirano
Como en un dominó donde al voltear una ficha caen las siguientes, la puesta en marcha del aparato de violencia estatal contra los ciudadanos comienza a desplegarse por si misma , con el riesgo de descontrolarse. Pero el responsable es el mismo: el candidato a Vicepresidente de Juntos por el Cambio, Gobernador y tirano a cargo de Jujuy Gerardo Morales.
La irrupción de policías en el rectirado de la UNJU durante la semana, tuvo esos visos de autonomización del aparato de violencia. El repudio de parte del gobernador de ese acto, tal vez recordando alguna última fibra democrática de sus años juveniles, dió a entender que se trató de una “patrulla perdida” de la policía que se le escapó de las manos. O no. Porque al fin y al cabo cumplieron el rol que está teniendo el aparato policial jujeño: sembrar temor entre la ciudadanía.
Es que habiendo desencadenado el dominó de la tiranía, el autoritario no puede parar sin reconocer que está cometiendo un grave atentado contra la democracia y teniendo que hacerse responsable del grave daño que le produce a Jujuy.
Más de una lectora o lector habrán tenido la oportunidad de dialogar con simpatizantes radicales y encontrar que han desarollado una visión paranoica y conspirativa de los hechos que vive la provincia, la misma que pretende imponer Morales.
Como no pueden reconocer la realidad de que en su gran mayoría el pueblo de Jujuy se opone a la reforma constitucional que les quita derechos, inventan versiones conspirativas de la realidad. Los que protestan “son enviados por el gobierno nacional y MIlagro Sala”, como intentó construir el tirano. Quienes se manifiestan están infiltrados por “kirchneristas, camporistas, tupaqueros”. Las comunidades originarias que llevan más de un mes en el 3er Malón de la Paz y que hoy cortan rutas por sus derechos están cooptadas por “gente de afuera” que los moviliza, por “los porteños de la UBA”, entre otros.
Todos son cuerpos extraños que conspiran contra Gerardo Morales y quieren darle un golpe. Cuidado, una vez más el discurso de la dictadura, son los “cuerpos extraños” que hay que extirpar. Como en los 70 era la: “subversión marxista opuesta a la civilización cristiana”. Toda tiranía repite sus “tópicos” o “lugares comunes” del lenguaje. Y esta no es la excepción.
Una vez parados en el lugar paranoico del tirano, que intuye que todos conspiran contra el, la conclusión de quien no quiere dialogar ni retroceder se le hace lógica: estamos amenazados y hay que defendernos. Amenazados por quienes ellos persiguen, es la paradoja.
Siempre los gobiernos tiránicos inventaron una amenaza externa o interna para justificarse y desplegar la violencia estatal represiva. Lo hizo Hitler con los judios, lo hizo la dictadura con “la subversión” y lo hizo Morales con “Milagro Sala”. Su problema es que ahora su némesis es reemplazada por gran parte del pueblo jujeño: docentes, estudiante pueblos originarios, productores campesinos, abogados por los derechos humanos y contra la reforma.
Es que no puede detener, perseguir, acosar y amenazar a todo un pueblo. Porque los docentes siguen de pie, y los primarios llevan más de un mes de paro. Las comunidades originarias cortan diariamente las rutas en al menos 10 puntos. La multisectorial de trabajadores estatales, municipales y de la salud sigue de pie con paros y movilizaciones. La ciudadanía le canta en todos lados contra su autoritarismo. En cada punto que recorre de campaña vice presidencial es escrachado al grito de “represor, “sos la dictadura”.
Todo sea por los negocios
Que el árbol no tape el bosque. El proceso de implantación de un gobierno autoritario, avalado por una constitución retrógrada que desarrolló Gerardo Morales tiene una finalidad : consagrar un poder concentrado para asegurar negocios del Litio y otros con tierras fiscales sin el control de la ciudadanía, ni la posibilidad de protestar contra esos avances. Se calcula que este año Jujuy exportará 3 mil millones de dólares en Litio. ¿Alguien sabe como se invertiran esas regalias? ¿Algún ciudadano puede saber con ciencia cierta el monto exacto de esas ganancias? ¿Algún organismo puede auditar que hará Gerardo Morales con esas ganancias millonarias? La respuesta es no.
La quita de derechos a las y los jujeños tiene ese sentido, el de negar la participación, acceso y control de la ciudadanía en la cosa pública, al mismo tiempo que permite el avance de empresas privadas sobre territorios fiscales y ancestrales comunitarios.
Por eso su nueva constitución restringe el derecho a la protesta , permitiéndose establecer cuáles podrán realizarse.(Artículo 67).
No reconoce entidad a las Comunidades Originarias ni derecho a la propiedad de tierras, a quienes denosta bajo la calidad de “aborígenes” (Artículo 50) .
Destina las tierras fiscales sólo a la producción y no al bien común (Artículo 94). Se asegura el control de los recursos naturales pero no en bien de las y los jujeños, sino como parte de un aparato que sólo el controla y donde los fondos entrantes no son conocidos por la ciudadanía (Artículo 68).
Para asegurarse la falta absoluta de control en el manejo de nuestras cuentas públicas desarma el Tribunal de Cuentas como órgano con representación de la oposición y lo sustituye por una Auditoría nombrada por él mismo. (Artículo 222) al igual que la inopeante Oficina Anticorrupción (Artículo 226). Se asegura el dominio sobre la justicia como poder totalmente subordinado a la voluntad del ejecutivo a través de una Consejo de la Magistratura que controlará (Artículo 197 y otros).
Todo este sufrimiento que está atravesando el pueblo de Jujuy, tiene un responsable. Se llama Gerardo Morales y busca asegurarse el manejo del poder y los recursos de la provincia para generar negocios con el Litio, con las tierras fiscales, cuyos ingresos , egresos y destino no serán para el bien común porque la ciudadanía no puede auditarlos ni conocerlos.
Para ese fin ha implantado una tiranía en la provincia de Jujuy. Simón Bolivar hace mucho tiempo ha ofrecido una respuesta, la que encabeza esta nota.
*Lic en Comunicación Social
Comité Editorial Jujuy Dice
Algunos de los artículos de la nueva constitución que le quita derechos a la ciudadanía
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