No perdamos esta oportunidad

Por Miguel Lembo*

Momento difícil. Momento raro este que vivimos.

Pues, al que piensa que el Estado puede tener un papel positivo en el desarrollo de una Nación, le dicen que es un estúpido.

Al que piensa que la obra pública puede ayudar a desarrollar regiones enteras de un país, se lo tilda de chorro.

Si alguien que por haber militado por convicción y amor tanto a su gente como a la esperanza de estar y vivir mejor, es de la casta y en consecuencia se lo debe exterminar (por supuesto, alguna casta nomás. Otras, como el nuevo socio, hay que mantenerlas ¿cierto?).

Sin ánimo de insultar ni mucho menos ofender (no creo en esas formas), entonces permítanme decir que alguien que tanto agravia, quien tanto odia y bronca pregona, no puede ser más que una persona sin alma, sin corazón ni cerebro, sin principios ni valores.

Qué puede esperar la Patria de alguien que pregone y se revuelque en tanta bajeza y mediocridad.

Si es tan fácil insultar, denostar, despotricar, ensuciar.

Si es tan fácil mentir con tal de juzgar.

Si es tan fácil inventar tantas cosas y peor aún, renunciar a principios (¿es que los habrá tenido?) apenas las cosas no van como quería.

Entonces también tiene que ser muy fácil decirnos a todos los argentinos: abramos los ojos, abramos los oídos, abramos el corazón. Abramos la mente y el alma.

No seamos, los argentinos, tan necios de poner la bronca y el odio por encima de la inteligencia que por cierto, en escasa y casi nula medida muestran tener quienes, sin argumento alguno defienden solo odio, rencor, bronca.

Es que destilan impotencia quienes pueden apoyar a quien sólo grita para contar sus ideas.

Destilan solo desdén, quienes apoyan a quien toma como una broma o un acting de mal gusto el ser candidato a presidente de la nación.

Y no es despectivo cuando me refiero a que hay escasa inteligencia. No puede entenderse otra cosa si por encima de la razón, sólo argumentamos odio, bronca y deseo de venganza.

Porque ese al que apoyan, nada puede construir si lo único que pregona es la destrucción. ¿O es que la destrucción es lo que ahora apoyamos los argentinos?

Para construir, no hay que destruir todo, como si todo, absolutamente todo estaría tan mal. “Destruyamos, después vemos”. ¿Y en el medio? ¡En el medio hay gente que puede pasarla aún mucho peor! Y en el medio hay mucha gente que hizo mucho por nuestra Patria. ¡Pero… “también lo destruyamos”!

Construir. ¿Sobre qué? Sobre escombros. Sobre vidas e ilusiones enterradas por el odio hacia al que piensa de otra manera. La verdad: no estaría nada bueno.

¿Construir? ¿De verdad alguien con una mínima cuota de seriedad, puede pensar que podrá construir algo quien destruye su propio cimiento (“chau casta”) apenas tuvo un resultado adverso, rindiéndose y arrodillándose ante un caprichoso que mató políticamente a su propia candidata (cuánta falta de amor y respeto a la mujer!!) para luego “ofrecer” su apoyo a quien encarna una de las campañas basadas en sólo mentiras?

Ese que, renunciando a su convicción, permite y acepta que un fracaso total de la política (sin hablar del desastre que hizo con nuestro país en lo económico y social), se le meta en el caracú de su partido, sin importarle sus propios dirigentes y ni qué hablar de quien confiando en él (anti casta) le dio su voto.

La decisión del pueblo es sagrada y todos los argentinos, sea a quien hayamos votado, debemos aceptar y respetar esa decisión.

Pero por favor, no aceptemos que destruir todo es la solución.

Tenemos una oportunidad el próximo domingo si nos pensamos en comunidad y trabajando para una verdadera unidad nacional. Así sea. ¡Viva la PATRIA!

*Militante, ex ministro de Hacienda