De la Tupac Amaru al moralismo incondicional, el pasado y presente de Gustavo Bouhid y Natalia Sarapura

A días de las elecciones generales, Jujuy renueva 3 bancas, de las cuales actualmente hoy 2 responden a Juntos por el Cambio y 1 al Frente de Todos.

El 14 de noviembre, serán los ciudadanos que deben elegir y las encuestas difundidas auguran números no muy diferentes a los resultados de las PASO, en Jujuy. Un escenario posible, de acuerdo a algunos sondeos, es que resulte elegido un candidato por cada fuerza: uno por el radicalismo, uno por el peronismo y uno para la izquierda que obtuvo un resultado interesante y está a unos votos de alcanzar una banca.

En ese caso y dado que su estructura para fiscalizar los comicios es limitada, la izquierda deberá cuidar cada voto en cada escuela porque para evitar que les sean escamoteados votos el próximo domingo.  El Frente de Todos, o sea el peronismo dividido, viene encontrando un techo reducido ya que el presidente del PJ de manera egoísta una vez más entregó el partido al oficialismo, ya que no encontró la valentía de trabajar por la unidad de esa fuerza, o tal vez porque es conveniente para sus intereses económicos atados al gobierno de la provincia.

Es curioso que los candidatos de Morales, quien basó su gestión en la persecución a Milagro Sala y la Tupac Amaru, tienen un pasado ampliamente ligado a la organización que su líder ha defenestrado, aunque intentan ocultarlo. Al igual que otros dirigentes tupaqueros, quienes por temor o conveniencia hoy militan en las filas del gobierno.

El actual Ministro de Salud y candidato a Diputado Nacional Gustavo Bouhid, ejerció como radiólogo para la Tupac Amaru, facturando de manera muy redituable por sus servicios, realizando placas radiográficas y ecografías en la sede de la organización hoy usurpada por Morales. Hoy desconoce esa participación en el área de salud de la organización, en esa etapa era un adherente más de la Tupac, aunque hoy defenestra y niega parte de su historia.

Aún mayor protagonismo ‘tupaquero’ tuvo la actual ministra de Desarrollo Humano Natalia Sarapura, quien fuera nada menos que “asesora espiritual” durante varios años de la dirigente social y hoy presa política Milagro Sala. Sarapura en el gobierno radical, se encargó de dividir a las comunidades originarias traicionándolas para que apoyen a Morales en el 2015. Se encargó de regalar espejos de colores prometiendo el cumplimiento de protocolos, de los derechos indígenas, personerías jurídicas y devolución de tierras a las comunidades que no se cumplieron.

En ese esquema Sarapura vistió el gobierno de Juntos por el Cambio con las whipalas y una vaga referencia a la Pachamama, usando su nombre para el plan de gobierno.  Pero los slogans “Jujuy Verde” o “te cuido Pachamama” probaron ser nombres vacíos usados para consagrar el deterioro del tejido social de la provincia.

Enarbolando aquellas banderas sin contenido de campaña, se han vaciado áreas específicas de salud, educación, trabajo y atravesado por el descuido ambiental.

Una gestión provincial que oculta, con el apoyo de medios de comunicación comprados con recursos del estado, la gran deuda que adquirió Morales desde el 2015, que sería invertida para un crecimiento de la provincia que no se tradujo en hechos reales.

Pese a la complicidad del arco gremial, comprometido con el gobierno por favores o carpetazos, las movilizaciones y marchas de repudio se han ido intensificando en la provincia porque el gobierno de Morales no ha dado respuesta a los trabajadores.

Jujuy carga con una de las deudas provinciales más grandes en dólares y pesos, obtenida con la aprobación de una Cámara de diputados que cuenta con un PJ cómplice. Además, esos créditos tienen como garantía la coparticipación de la provincia, que incluye los salarios de los trabajadores. Y son cuentas que deben pagarse.

¿Por qué recordar la gestión y los personajes de Morales? Porque este domingo Morales se juega la segunda banca en el Congreso que está en juego. Esa banca que Sarapura disputa mientras su Ministerio de Desarrollo tiene una de las mayores deudas a la población. Las permanentes marchas de reclamos por la falta de pago a comedores, merenderos y la falta de asistencia a los sectores más vulnerables así lo demuestran.

En tanto, Bouhid al frente de la cartera sanitaria no tiene mucho que mostrar salvo el baile de Jerusalema, donde obligó a bailar para las cámaras al personal sanitario exhausto que por vocación atendió en pandemia. 

Tanto los ministerios de Salud y Desarrollo Humano en estos dos últimos años y en pandemia han administrado los fondos de la ayuda del Gobierno Nacional, con mínimos recursos provinciales. La actitud deshonesta generalizada del gobierno de Morales de apropiarse de las políticas públicas del gobierno nacional se ha vuelto una moneda corriente. Así como la apropiación de las diferentes instalaciones de la Tupac Amaru sin garantizar el estado de derecho en JUJUY.

Morales y su gran equipo han instalado un gobierno sin respeto por la división republicana de poderes que persigue a las fuerzas opositoras y responde a los adversarios con denuncias usando el poder judicial.

Además, ha sumado a su sociedad al PJ cimentando un bipartidismo que solo ha dañado a las fuerzas opositoras.

Los ciudadanos jujeños tienen la responsabilidad de votar con memoria, participar de los comicios en este 2021 con tres elecciones y un año desgastante tras una pandemia sanitaria y política como fue la gestión de Macri, de la que Gerardo Morales, aunque ahora pretenda ocultarlo, formó parte y fue uno de sus principales apoyos.