Massa le abrió la puerta al radicalismo y tentó a Gerardo Morales

De gira por el país, el ministro de Economía Sergio Massa continúa llegando a diversas provincias para firmar acuerdos, así fue que ayer un acto en Salta, el candidato a presidente de Unión por la Patria habló de las expectativas que tiene si llega a ser elegido para conducir el país, llamará a otras fuerzas para ser parte de su gobierno, promesa que tentó a Gerardo Morales, presidente de la UCR.

“Si el 10 de diciembre me toca empezar a presidir la Argentina, que nadie se asombre de que haya gente de otras fuerzas políticas integrando nuestro gobierno, no tengo miedo de compartir con los que piensan distinto”, lanzó el funcionario de la cartera económica durante la cita que se dio con gobernadores del Norte Grande, con quien rubricó un acta de compromiso para estimular inversiones en generación de energías renovables, negocio que Gerardo Morales quiere expandir, por lo que estuvo recientemente en Bruselas con una agenda con el eje puesto en el desarrollo del litio y el hidrogeno verde.

La frase de Massa no fue inocente, entre los mandatarios provinciales se encontraban los radicales Gustavo Valdés (de Corrientes) y Gerardo Morales, presidente nacional del partido centenario, desempolvando así una vieja alianza entre ambos.

Siempre se supo de la amistad entre Sergio Massa y Gerardo Morales, incluso hasta llegaron a ser socios políticos. En 2015, cuando el dirigente peronista disputó la presidencia por fuera del kirchnerismo, Jujuy fue el único distrito en el cual ganó con el apoyo de Carlos Haquim quien era referente del Frente Renovador en Jujuy. Haquim, fue la pata peronista en el armado transversal de Morales en su candidatura como gobernador, acompañando la lista de Masa para la presidencia, pero también de Mauricio Macri.

El acompañamiento de Haquim a Morales supuso una ruptura dentro del PJ jujeño en 2016: el vicegobernador electo tomó el partido, descartó afiliados y luego una intervención dejó como lista única por la conducción a Rubén Rivarola. En el 2023 vuelve a ser intervenido el PJ Jujuy por ser cuestionado su rol de opositor, donde Rivarola es señalado de ser cómplice y socio del gobernador.

Y precisamente, este año es muy particular para el dirigente radical: finalizando su segundo mandato como gobernador y dejando como sucesor y custodio de sus deudas a Carlos Sadir -quien supo lo supo acompañar en su gestión avanzando “prolijamente” con endeudamientos y negocios familiares-, Morales por primera vez no estará en una boleta electoral, tras perder las PASO contra la lista de Patricia Bullrich-Luis Petri, lo que significó un posterior silencio del dirigente radical, lo que le brinda cierta libertad para militar por Massa, con quien parece mantener conversaciones.

Por el contrario, desde aquel domingo 13, Gerardo Morales (vice de Horacio Rodríguez Larreta) parece alejarse cada vez más de Juntos por el Cambio y se mantuvo al margen de muestras de apoyo a la candidata a presidenta del espacio opositor, postura que deberá cambiar este lunes, cuando Bullrich llegue a Jujuy, donde compartirá varios actos de gobierno con Morales.

En ese contexto, las elecciones generales en la provincia toman otro color: si bien Jujuy casi no aporta un caudal electoral a Nación, apenas representa el 1,6% del electorado, el escenario de la falta de independencia de poderes en la provincia y la avanzada contra la ciudadanía, urge la necesidad de un gobierno que no esté dispuesto a tolerar la violación de los derechos constitucionales.

Las elecciones de octubre serán difíciles, complejas y peligrosas, Jujuy hace 8 años atraviesa un deterioro de las instituciones y un plan sistemático contra los derechos de las jujeñas y los jujeños. Morales ha cosechado el repudio ante la imposición de políticas públicas, desde la ampliación del Superior Tribunal de Justicia -ahora Corte Suprema- que ha sido el brazo ejecutor de las decisiones del gobernador, el manejo absoluto sobre el Poder Legislativo que ha aprobado sin miramiento el gran endeudamiento de la provincia, la falta de rendimiento de cuentas, el amedrentamiento a los órganos de control, sólo por citar algunos casos.

Conclusión: la memoria es fuego y en el panorama electoral que se avecina, Jujuy requiere de un contrato social de Massa con una provincia azotada por Morales. Una provincia que espera que caiga la reforma parcial de la Constitución de la provincia que va en contra de la Constitución Nacional.

Desde el 16 de junio en Jujuy no hay paz, por las decisiones de un gobierno que restringe derechos, es por ello que sería interesante que Massa se expida por la grave situación de Jujuy.