Rivarola vs. Rivarola: una intervención que cuestiona su conducción en el PJ

Corría el primer mes de 2016, cuando los máximos referentes del PJ jujeño pujaban por quién se quedaba con la conducción: de un lado, se encontraba Carlos Haquim, presidente del partido a quien se cuestionaba por haber acompañado a Gerardo Morales en su candidatura a gobernador, por el otro, estaba el triunvirato de Eduardo Fellner y Guillermo Jenefes -recién terminada su gestión en el Ejecutivo- junto al diputado Rubén Rivarola. La pulseada duró casi todo el año y se definió a favor de estos últimos: el PJ nacional decidió intervenir para normalizar el partido provincial. A un mes de las PASO, la provincia tiene muchos problemas para un escenario electoral. 

repasemos. La interna partidaria se dirimió a mediados de marzo de ese mismo año -el primero de gestión de Gerardo Morales en el Ejecutivo-: Carlos Haquim le arrebataba la conducción de Fellner y Jenefes luego de una década al frente del PJ. Y vale recordar que el partido ya venia en decadencia dirigencial.

Con 91 votos, el Congreso partidario posicionaba a Haquim como el nuevo presidente del PJ jujeño, secundado por Gaspar Santillán (ahora ministro de Trabajo de la provincia) como vicepresidente primero y polémico y multidenunciado Marcelo Nasif como vicepresidente segundo. 

En paralelo, ese mismo día, Fellner, Jenefes y Rivarola también concretaron un Congreso, donde soló obtuvieron 30 voluntades para ratificar su conducción.

La poca participación de afiliados y afiliadas en ambos congresos marcaron el descontento que tenían respecto a las directrices del viejo triunvirato. Con centenares de expulsiones, Haquim trató de dar una nueva impronta a la conducción partidaria y lanzó una amnistía para algunos .

El conflicto derivó a escala nacional: en diciembre de 2016 el PJ nacional respalda el pedido de Fellner, Jenefes y Rivarola e interviene el partido en Jujuy, llego el ex gobernador Celso Jaque que hizo migas con la dirigencia reclacitrante.

La historia se repite. Rivarola vs. Rivarola.

“Los que hasta hace pocos días caminaban codo a codo con nosotros han ido a pedir la intervención del partido para ver si de esa manera pueden ganar una elección”, expuso el ahora ex presidente del PJ jujeño, Rubén Rivarola en una carta, luego Alberto Fernández ordenara intervenir en la conducción del partido.

Hombre sin memoria, el empresario y socio de Morales apunta a una maniobra que él mismo utilizó para hacerse del PJ local y que terminó por desentrañar lo que él mismo piensa de manejar la cuestión partidaria “que no nos confundan, esto no es ideológico, estas son sólo ambiciones personalistas” referenció sobre quienes supuestamente pidieron la intervención, sin dar nombre alguno, aunque el pedido ya lo había hecho Guillermo Snopek.

Casi como un guiño al viejo eslogan del gobierno de Morales (unión, paz y trabajo), dentro de la carta también consideró “Jujuy necesita paz después de tantos años convulsionados” y calificó “la política no está para tirar piedras y prender fuego ni tampoco para reprimir a nuestro pueblo por eso vinimos a resolver los problemas de la gente. El justicialismo está para resolver los problemas de la gente”.

El PJ distrito Jujuy, ha sido cómplice de las tropelías de Morales, desde la toma de los endeudamientos hasta el conflicto social político que tiene hoy la provincia. Está visto que la presidencia de Rivarola, no fue oposición ni conducción ni doctrina peronista, fue lealtad solo al Gobernador. 

Ni lo uno, ni lo otro.

Desde el PJ jujeño nunca se pronunciaron en contra de la brutal represión contra el pueblo que se manifestaba en contra de la reforma constitucional, reforma que avaló en la Convención Constituyente, donde el bloque peronista estaba conducido por Guillermo Jenefes, el otro empresario que, igual que Rivarola, cuenta con una importante pauta del Ejecutivo.

Asimismo, las palabras de Rivarola parecen legitimar las expresiones del propio gobernador, quien apuntó al kirchnerismo y la izquierda de arrojar piedras a efectivos policiales y ser quienes manejan los cortes de ruta, todo para desestabilizar su gobierno.

Así, la legitimidad del PJ provincial es la misma que la de aquel 2016, Rivarola (y también Jenefes) siguió aplicando la política de expulsión de afiliados y afiliadas que cuestionaron su poder de liderazgo y representación de los valores e ideas peronistas, la lista lega alrededor de 30 mil compañeros y compañeras, como señaló Alejandra Cejas, una de las víctimas de Rivarola.